La historia de amor entre Ángela Johana Rodríguez y Carlos Humberto López había terminado hace tres meses. En ese momento, ella le dijo a este ingeniero de una petrolera que no quería seguir a su lado, tras casi tres años de noviazgo. Sin embargo, el verdadero punto final de esta relación lo puso él, quien tomó la macabra decisión de prender en llamas un vehículo en el que los dos se encontraban.
Ambos murieron ayer. Las llamas terminaron consumiendo su historia, y a su vez, apagaron la prometedora carrera que ella tenía como ejecutiva comercial en Automotores Chevrolet.
EL ATAQUE
Como lo hacía de costumbre, el pasado miércoles Ángela Johana, de 29 años, se dirigía a su lugar de trabajo, en Villavicencio. “Venía camino a una reunión que tenía programada con su equipo de trabajo a las 7:00 de la mañana. Ella era una excelente persona, dedicada a su trabajo, muy cariñosa y apreciada”, así lo expresó Jéssica Mejía, compañera de trabajo y amiga de la víctima.
A esa reunión nunca llegó, porque sobre las 6:30 de la mañana, Carlos Humberto, de 47 años, se bajó de su carro color gris y la abordó en el vehículo que ella conducía, en la carretera del Anillo Vial. Segundos después, su ex le prendió llamas al automotor empleando una bolsa de gasolina que llevaba en una maleta.
Ella alcanzó a zafarse el cinturón de seguridad y salir corriendo, no obstante, las llamas la lastimaron severamente. Por otra parte, el ingeniero se quedó junto al carro y se negó a recibir ayuda de los transeúntes. Finalmente, minutos después los dos fueron trasladados a diferentes hospitales.
LA TRAGEDIA
Al agresor lo llevaron a la Clínica Meta, donde perdió la vida durante la mañana. Entre tanto, después de este despiadado ataque, Ángela Johana fue trasladada a la Clínica Saludcoop, pero cerca de las 3:00 de la tarde debió ser remitida vía aérea hasta Bogotá, donde vivió cinco años atrás.
Inicialmente llegó a la Clínica Colombia, sin embargo, por la gravedad de sus heridas tuvieron que trasladarla de urgencias al hospital Simón Bolívar. Las quemaduras de segundo, tercer y cuarto grado que tenía en el 45 por ciento de su cuerpo, según un comunicado de prensa de la empresa en la que laboraba, no le dieron una segunda oportunidad a esta mujer, oriunda de Ibagué, pues murió.
Para los familiares, amigos y compañeros de trabajo, Ángela Johana fue una mujer ejemplar e intachable. Tal vez su único error fue haber conocido a su ex, con quien había decidido terminar, porque según sus allegados, era un hombre celoso y maltratador. Pese a esto, ella nunca puso en conocimiento de su situación a las autoridades. Quizás, nunca se imaginó que el hombre que un día le juro amor eterno fuera capaz de terminar con su vida.
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