Ciénaga de Oro, el municipio cordobés que vio nacer al candidato Gustavo Petro y donde vivió los primeros 12 años de su vida, no le respondió en esta primera vuelta presidencial, pues estaban habilitadas para votar 43.696 personas y solo lo hicieron 23.517.
Aunque logró imponerse con 13.169 votos y doblar en votos a su contendor, Iván Duque, quien sacó 6.417 sufragios, los cordobeses esperaban que en esa localidad, donde aún vive gran parte de su familia, sus moradores se volcaran a las urnas y superaran el nivel de abstencionismo que estuvo en el 47 por ciento.
Petro salió de esa localidad porque su padre, Gustavo Petro Sierra, era maestro y fue trasladado a Zipaquirá, donde terminó el bachillerato en el colegio La Salle e inició su activismo político en el M-19.
En ese territorio, ubicado en el medio Sinú, hablaban de la importancia de tener por primera vez en la historia un presidente de esa tierra, pero el día de las elecciones el comportamiento fue frío. La jornada transcurrió en paz, sin ningún tipo de alteración de orden público y sin mayor bulla.
Las banderas de Petro ondeaban en la mayoría de las casas del centro de la localidad, especialmente las que están contiguas a la casa de una de sus tías favoritas, Carmen, la misma donde llegó a refugiarse en varias oportunidades cuando ya era un estudiante de Economía de la Universidad Externado de Colombia. La última vez que la visitó fue cuando ella murió en el año 2014.
Ciénaga de Oro fue uno de los 17 municipios de Córdoba donde Petro ganó, pero para ser la tierra que lo vio nacer, cerca de la mitad de sus electores prefirió abstenerse de ejercer ese derecho democrático.
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