A pesar de los avances normativos, empresarios y expertos internacionales siguen percibiendo al sector público colombiano como corrupto, al punto de que nuestro país figura en el puesto 94 entre 177 evaluados por Transparency International (TI).
Según el ‘Indice de Percepción de Corrupción 2013’ (IPC), el avance de Colombia en esa materia es tan pobre que el país conserva la misma calificación de 36 sobre 100 (siendo 0 mayor percepción de corrupción y 100 menor percepción de corrupción), es decir el mismo indicador que en la medición del año pasado.
La organización explica que ello se debe, en parte, a la lentitud de la justicia para castigar a los corruptos y las repetitivas prácticas de abuso del poder en todos los niveles del sector público.
Entre los 32 países de las Américas, Colombia se encuentra por debajo del puntaje promedio de la región (45) y está en el puesto 18 de la tabla, muy por debajo de países con calificaciones aceptables como Canadá (81), Barbados (75) y Uruguay (73), que este año escala posiciones y supera a Chile (71) en el ranking regional.
El IPC de Transparency International evalúa los niveles de percepción de corrupción en el sector público, basada en los resultados de diferentes estudios y encuestas realizadas a ejecutivos, expertos y analistas de riesgo.
“Mientras continuemos viendo que hay justicia dilatoria para los corruptos y que los niveles de sanción no son coherentes con el gran daño social y económico, la percepción de corrupción no va a disminuir”, aseguró Elisabeth Ungar, directora Ejecutiva de Transparencia por Colombia, filial de TI.
Ungar recordó, además, que Colombia aun tiene la deuda de una Política Integral de lucha contra la corrupción que “aterrice” el Estatuto Anticorrupción y que incluya medidas para dos de los eslabones más débiles en la persecución del delito: la investigación y la sanción.
CORRUPCIÓN Y ELECCIONES
TI explica en su análisis que al observar las siete últimas encuestas y evaluaciones que componen la calificación del IPC para Colombia, dos de los puntajes más bajos corresponden a la opinión de empresarios sobre temas como la existencia del soborno y desvíos de fondos públicos.
“El sector privado tiene una inmensa responsabilidad en el problema de la corrupción. En temas como la financiación de campañas políticas, donde lamentablemente se encuentra la génesis de la corrupción, los empresarios tienen que comenzar a ser más transparentes, contar a quiénes financian y bajo qué condiciones”, aseguró Ungar, al referirse a los resultados.
Teniendo en cuenta que restan cuatro meses para las elecciones parlamentarias del año entrante, TI le hace un llamado a la ciudadanía para que comience a prevenir la corrupción.
En ese sentido, la experta destaca que conocer los antecedentes de los candidatos, pedir cuentas sobre cómo están financiando sus campañas y votar a conciencia, por ideas, serán tres aspectos clave para que en 2014 no elijamos a la corrupción.
TI advierte que si no hay coordinación institucional entre las diferentes ramas del poder para combatir la impunidad y no se da continuidad a los avances anticorrupción de los últimos años, la lucha contra la corrupción en el país seguirá sin mostrar resultados concretos.
Y agrega que “si persiste la descoordinación institucional para combatir la impunidad, la lucha anticorrupción continuará sin mostrar resultados concretos”.
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