Colombia


El difícil panorama que afrontará Santos en los 17 meses que quedan de Gobierno

COLPRENSA

24 de marzo de 2017 09:31 PM

Bien ha dicho el presidente Juan Manuel Santos que solo le quedan 17 meses de Gobierno. Lleva cerca de seis años y medio  trabajando desde la Casa de Nariño y ciertamente ha tenido épocas difíciles, especialmente si se habla de su popularidad. Lo que advierten analistas es que lo más probable no cambie el panorama ante la coyuntura en la que hoy se encuentra el país.

El mandatario de los colombianos ha logrado cosas que lo han dejado bien parado ante la comunidad internacional: lograr la firma de paz con las FARC y, por supuesto, recibir el Nobel en esta materia, que inevitablemente le ha dado una categoría importante a nivel mundial. Sin embargo, el manejo del escándalo de Odebrecht le podría empañar un poco esa imagen.

Mientras tanto en Colombia, el escándalo hace más profunda la desconfianza de los colombianos hacia el presidente, de quien se ha dicho en distintas oportunidades, por parte de analistas como John Mario González, no ha dejado de lado su estilo de ser distante con la gente del común.

Al respecto, el director del programa de Ciencia Política de la Universidad de la Sabana, Iván Garzón, afirma que la constante impopularidad del presidente se mantiene, y se mantendrá, no porque existan problemas de comunicación alrededor de su gestión –de hecho cree que los medios de comunicación son benévolos con el tratamiento que le dan-, sino precisamente por la ya mencionada desconfianza.

“El Gobierno tiene un problema de credibilidad en donde, haga lo que haga, diga lo que diga, la gente no le cree y tiene un problema en el gabinete que, o bien son buenos ministros pero no tienen mucha visibilidad o tiene otros que son de muy bajo perfil, u otros que ya están desgastados. Imagínese seguir con el ministro del Interior que perdió las elecciones del 2 de octubre o mantener una ministra de Relaciones Exteriores que perdió una parte del mar de San Andrés”, dice.

LA PAZ Y ODEBRECHT

La bandera del presidente en definitiva es el proceso de paz, y pese a todo logró llegar al punto de la implementación del acuerdo. Sin embargo, González mantiene su idea de que haber postulado ésta como casi la única de sus banderas fue un error para el Gobierno, y más viendo los peros que se han mantenido en el tiempo.

“Es un gobierno que le llegó el sol a sus espaldas muy rápido, entonces uno puede imaginar que la gobernabilidad de los próximos meses va a estar basada obviamente en sobreaguar para sobrevivir, y yo creo que eso impregna las realizaciones del Gobierno. Es decir, uno puede resaltar cosas positivas como el tema de la paz, pero ese tema no ha estado ausente de controversias”, dice.

Para Garzón, este es el primero de los puntos críticos que tendrá que afrontar el Gobierno en sus últimos meses de gestión, pues “evidentemente ha mostrado una falta de previsión y de gerencia que son preocupantes y que pueden llevar al traste con las expectativas que hay en el país sobre el tema”.

El segundo tema clave, dice Garzón, es el manejo del escándalo de corrupción con Odebrecht, que para él, “requiere más que ocurrencias como la de ampliar la financiación estatal, que me parece francamente irresponsable”, y más bien necesita de un visible apoyo a las autoridades para que las investigaciones señalen quiénes son los responsables.
Y en eso coincide González: “Yo creo que el presidente debe hacer un esfuerzo de esclarecimiento de cómo fue la financiación de su campaña, es decir, de invitar a las instituciones, a la Fiscalía, a que continúen con el esfuerzo de investigación que aclare lo que sucedió. Creo que el tape-tape no le hace bien a la democracia a largo plazo”.
Pero para el docente de la Maestría de Comunicación Política de la Universidad Externado, Carlos Arias, “la mejor forma de llevar el escándalo de Odebrecht será mostrar con trabajo su gestión, dedicarse no a defenderse, sino a comunicar -que es diferente a informar-, su gestión de gobierno y lo que deja para el país en términos históricos”.
Sea cual sea el camino que tome el presidente, lo cierto es que muy difícilmente, con efectividad, podrá hacer alarde de la bandera de la lucha contra la corrupción, que es el tema al que más empezó apostándole al iniciar este año, lo cual ratifica Arias: “la corrupción como tema de campaña lo afectará en todos los frentes que él pretenda liderar”.
OTROS TÓPICOS
Pero el presidente, a lo largo de los tres meses de este año, ha destacado varios temas, por ejemplo, en la última semana resaltó las cifras de la lucha contra la pobreza, señalando que ya cumplió la meta que se marcó frente a los índices que la miden de manera multidimensional.
“En lo que va corrido de este Gobierno, desde 2010, cerca de 5,1 millones de personas han superado la pobreza multidimensional. Con este resultado, dos años antes de lo previsto, cumplimos la meta que nos fijamos para el año 2018. Solo el año pasado (2016) fueron más de un millón de personas quienes dejaron atrás la pobreza”, dijo el mandatario.
Sin embargo, para Garzón las cifras, aunque positivas, se dan en un momento prematuro.
“En el tema de pobreza hay unos indicadores macro que pueden ser positivos. Pero es que apenas estamos empezando a medir los efectos de la Reforma Tributaria y yo creo que esa reforma está golpeando mucho a la clase media y finalmente a la pobreza que tiene que ver, no solo con la gente que sale del sótano, sino con la gente que está en el primer piso y lucha por no caer al sótano”, dice.
Otro de los temas -en el que realmente hay avances tangibles-,  es el de infraestructura y en él, dice Arias, podrá tomar la ventaja el presidente, en especial, con la salida del vicepresidente Germán Vargas Lleras de su Gobierno.
“Si bien algunos de estos temas han tenido responsable directo y diferente al presidente, la partida de Vargas Lleras le dará a Santos la posibilidad de adueñarse de logros en la gestión que se asocie a su imagen pública”.
Frente a la educación, dice Garzón, el panorama es agridulce: “es uno de los temas en los que puede sacar cara con ciertos programas exitosos, pero también hay otros indicadores preocupantes, como el tema del uso de las regalías, que se anunció tanto al principio del Gobierno y que iban a fortalecer ese tema, pero se está evidenciado que hubo despilfarro de recursos que empañan un poco el tema”.
Y finalmente, en materia económica Garzón y González coinciden en que debe ser quizás la mayor prioridad, pues se debe recuperar la senda de crecimiento.
“La situación de la economía requiere una mayor atención y un cuidado, porque los indicadores de este comienzo de año han sido negativos. Se avizora un paro y unas manifestaciones en contra del manejo económico del Gobierno, que ameritaría que le pusiera más atención al tema”, dice Garzón.
González, por su parte, destaca la disminución de los homicidios, pero en general asegura que la gente tiene una percepción de falta de apersonamiento del presidente frente a los temas, “y la de –digamos-, una gobernabilidad sujeta a demasiada negociación política”.
¿QUÉ DEBERÁ HACER?
Enfocarse en el crecimiento económico, seguir adelante con la implementación de los acuerdos de paz, trabajar por la reducción de los cultivos ilícitos y mostrar resultados en la lucha contra las bandas criminales son algunos de los temas que, dice González, deberán ser sus prioridades, aunque de paso plantea que  “el tema del ELN parece estar muerto, no veo oxígeno para este proceso y sacar adelante esa negociación”.
Pero igual no será fácil, en especial por las elecciones: “En la teoría política las elecciones no son buenas para la economía y para la fortaleza de un gobierno, es decir, en la medida que las elecciones se anticipan como está sucediendo en Colombia, se debilita al presidente. Además, la campaña luce muy incierta, y puede ser un problema o una oportunidad para el país”.
Por su parte, Arias dice que cree imposible que la imagen de Santos mejore más de 10 puntos porcentuales de donde se ubica hoy, pero considera que debe fortalecer cinco aspectos esenciales: “el mantenimiento de las relaciones internacionales, avanzar en la implementación de los acuerdos de paz, el despliegue de infraestructura regional, la penetración de las TIC y la promoción de la educación”.
Las últimas encuestas publicadas por Cifras y Conceptos y Gallup muestran que la desfavorabiliad de Santos se encuentra entre el 66 % y el 71 %, respectivamente; mientras que su favorabilidad a penas alcanza el 33 % y el 24 %.
Y ante la coyuntura electoral, cree que desmarcarse de las preferencias sería una buena manera de manejar la situación.
“Es decir, dedicarse a gobernar y no a hacer política electoral. Acompañar la gestión del Plan Vive Digital e involucrarse directamente en el día a día de la gestión de obras de infraestructura que alcanza a entregar, asegurar la implementación de la paz y el blindaje de la Jurisdicción Especial para la Paz, serían otras acciones que mejorarían su imagen”.
Dice que el mandatario también debería seguir el ejemplo de Vargas Lleras, de rodearse de funcionarios con una importante reputación, entre quienes se encuentra, David Luna. Y presentar ternas de tres y no de uno, para las Cortes, lo cual, “sería un mensaje de transparencia que si bien no llega directamente al ciudadano, cala en los medios y en el entramado político”.
Y concluye: “Se requiere entonces de un presidente que en estos 17 meses asuma la riendas del gobierno como si acabara de llegar, que no solamente en términos de opinión esté en las dinámicas más sensibles y cotidianas de los colombianos, sino que en realidad asuma el control y la ejecución”.

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