Algunos habitantes del barrio El Ducado, en Bello, se percataron que después de las 10:00 de la noche del miércoles, abandonaron un colchón en una especie de parqueadero de un inmueble cuya fachada aún está en obra negra.
En ese momento no generó mayores sospechas porque pensaron que se trataba de la acción de alguna persona inculta, que no había encontrado cómo más deshacerse de ese elemento de cama.
Pero transcurrieron las horas, salió el sol y a uno de los residentes de esa zona, que asegura haber amanecido rumbeando, le causó curiosidad que estuviera allí ese colchón envuelto, por lo que se acercó a mirarlo y se dio cuenta que cubría el cadáver de una persona, por lo que inmediatamente llamó a la Policía para informar la situación. En ese momento faltaban pocos minutos antes de las 8:00 de la mañana.
“El muerto no vivía por estos lados”, dice el joven que asegura haber sido la persona que se percató de la macabra escena.
CON ARMA BLANCA
El cadáver también estaba envuelto en una bolsa blanca y en una cobija roja y presentaba múltiples heridas por arma blanca en el cuello.
Dentro del colchón también había algunos pedazos de palos con clavos, que estaban manchados con sangre.
El hallazgo fue en la carrera 59 con calle 64, un lugar limítrofe con el barrio Pachelly que queda al lado de la Urbanización Marco Tulio Henao, reconocida en el sector porque hace unos 30 años fue construida como solución de vivienda para policías.
Las autoridades no tienen ninguna pista de los autores de este asesinato, cuya víctima fue identificada como Luis Fernando Suárez Agudelo, de 48 años.
Luego de la inspección técnica a la escena por parte de los peritos de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín), que trasladaron el cuerpo a la sede del Instituto Nacional de Medicina Legal, habitantes recogieron el colchón y la cobija roja que cubrían a la víctima, y los arrojaron a una zona que funciona como acopio de basura para que sea recogida por el carro recolector.
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