El ministro de Justicia, Jorge Eduardo Londoño Ulloa, aseguró que el reto más grande que se viene para el país en los próximos meses es el de la firma de los acuerdos de La Habana.
Ante más de 800 servidores de la Rama Judicial, el ministro afirmó que hasta hace poco resultaba imposible creer que las FARC aceptaran que el poder legislativo y judicial fueran legítimos, y que iban a conversar con el ejecutivo.
“Pero hoy aceptan que estos acuerdos –que respetan la institucionalidad nacional- pasen por el Congreso y que la Corte Constitucional los controle. Así las cosas, este es un tiempo de perdón, de no resistirse a la reconciliación a través del diálogo. Debemos atrevernos a dar el paso hacia la paz”, indicó.
Al asegurar que si la justicia no funciona la democracia tampoco puede desarrollarse como parte del imaginario colectivo, Londoño resaltó la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras y fue enfático en manifestar que no quiere que sus hijos sigan hablándole a las generaciones venideras sobre la guerra y sus horrores, tal como sucedió con su abuelo, con su padre y con él mismo.
El pronunciamiento se produjo frente a magistrados y jueces, durante una jornada de capacitación sobre el Código General del Proceso.
Sobre este asunto, dijo que se hace necesario entender que hay una realidad diferente, en la que el juez, más que una persona encumbrada y respaldada por el poder que le otorga el Estado, debe ser un prestador de un servicio, “alguien sencillo y humilde que entiende que la justicia es el principal valor social”.
Y confirmó que la idea es descentralizar este tipo de capacitaciones a jueces, llevarlas próximamente a las regiones con el fin de que los jueces de zonas alejadas pueden acceder a estas posibilidades de conocimiento.
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