En una entrevista publicada por el portal web “Rebelión”, el primer comandante del Ejército Nacional de Liberación (ELN), Nicolás Rodríguez, alias “Gabino”, afirmó que luego de mantener un diálogo exploratorio con el Gobierno Nacional para un posible acuerdo de paz, la fase pública de conversaciones está a punto de comenzar.
“Ahora con el Gobierno de Santos llevamos tres años de diálogo exploratorio confidencial, que ha servido para configurar una agenda de negociación, con la que daremos inicio a una fase pública de conversaciones”, expresó Gavino, al recordar los intentos de negociaciones en las que se han involucrado.
El jefe guerrillero aseguró que la última palabra para que se den las conversaciones la tienen las clases dominantes, “ellas son las que deben comprometerse a que en la lucha por el poder no intervenga la violencia. Y será el tiempo quien diga quién cumple con seriedad: Si ellas o las fuerzas populares”.
Gavino afirmó que durante esos tres años de diálogo exploratorio han contado con el apoyo de cuatro países garantes y dos acompañantes, y con el cual esperan seguir contando.
Frente a la posibilidad de que la mesa de negociaciones se establezca en Ecuador, el insurgente dijo que no es un tema definido pero “que hay varios países vecinos que ofrecen suficientes garantías de apoyo político, logístico y de seguridad necesarias para ser sede de estos diálogos en la próxima fase pública”.
Así mismo, se refirió a una posible unificación de su proceso de diálogo con el de las Farc, y aunque para la fecha de la entrevista no se había conocido el acuerdo entre el gobierno y este grupo insurgente, Gavino afirmó que se deben buscar puntos en común.
“Con los compañeros de las FARC estamos de acuerdo en que las dos mesas deben buscar puntos confluyentes. Y en lo posible, en la perspectiva de tener un sólo proceso”, dijo.
Por último, agregó que frente a un posible límite de tiempo el grupo insurgente no está de acuerdo.
“Los tiempos deben definirse en la medida que los acuerdos se concreten. No sólo a través de una firma sino sobre la realidad misma, que debe ir cambiando, porque la paz que quiere la mayoría de las y los colombianos son hechos y no solamente una firma de papeles”.
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