Colombia


“Gabriel Paraco” se declaró inocente

EL COLOMBIANO

18 de agosto de 2015 06:48 PM

“No sé de qué están hablando ustedes”, fue la expresión del desmovilizado Octavio Cartagena Benítez, alias “Gabriel Paraco”, durante la indagatoria en la Fiscalía por los delitos de homicidio agravado y tortura.

Este hombre fue capturado el pasado 14 de agosto en su finca de Betulia, Antioquia, en un operativo conjunto del CTI y la Policía. Las autoridades lo señalan de ser el presunto cabecilla de la banda “los Urabeños” en la zona lechera del departamento y en el Valle de Aburrá, así como el enlace de dicha agrupación con “la Oficina” para fines criminales.

El gobierno de Estados Unidos también lo busca y su Departamento del Tesoro le aplicó sanciones económicas el pasado junio, al incluirlo en la Lista Clinton y considerarlo un patrocinador de las dos citadas estructuras ilegales.
En 2005 se desmovilizó como combatiente raso del bloque Noroccidente de las Autodefensas Unidas de Colombia, pese a que fungió como cabecilla financiero, según las pesquisas de la Dirección de Justicia Transicional de la Fiscalía.

La orden de captura en su contra era por un crimen del 15 de noviembre de 1998, cometido en la vereda Cruces del corregimiento San José de Urama, en el municipio de Dabeiba.

De acuerdo con la investigación de la Fiscalía 90 de la Dirección de Derechos Humanos, aquel día un grupo paramilitar detuvo un vehículo de servicio público tipo chiva y raptó al agricultor Fidelino

Puerta, a quien los delincuentes acusaban de tener vínculos con la guerrilla.

Su cadáver desmembrado fue encontrado después, con visibles señales de tortura.
Pese a todos los indicios, Cartagena Benítez, de 58 años, se ha declarado inocente. En la indagatoria del fin de semana, ante los investigadores y la fiscal que lo acusa, negó los cargos.
“Gabriel Paraco”, quien asegura ser un humilde labriego y dueño de una finca campesina, fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad de Itagüí, a la espera de que le resuelvan la situación jurídica.

UN VISITANTE DE HOLANDA

Otra situación que ha llamado la atención durante esta investigación, ocurrió en el allanamiento en el que se produjo la captura del sospechoso. Los uniformados lo sorprendieron con dos hombres: uno que trabajaba operando una retroexcavadora, con la cual le estaban haciendo una carretera a la finca; y otro de origen holandés, procedente de la isla de Curazao.

Cartagena Benítez les pidió a los investigadores que lo dejaran tranquilo, “porque solo vino de vacaciones”; sin embargo, a las autoridades no les quedó claro qué hacía en ese sitio, pues sus explicaciones sobre la forma en que habría conocido al procesado no fueron muy claras.

A estas dos personas las dejaron en libertad, pues no había orden de captura para ellos y carecían de antecedentes penales.

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