“¿Qué es lo que tienen contra Buenaventura? ¿por qué quieren hacerle daño?”, pregunta el padre John Reina, en medio del corte de energía que inició en la noche del miércoles tras la voladura de una torre por parte de las Farc.
Es la segunda vez en el año que un atentado deja sin fluido eléctrico a cerca de 400 mil bonaverenses, que sufren las consecuencias económicas y sociales cuando la ciudad queda a oscuras.
En el apagón de tres días que se presentó el pasado 28 de julio las pérdidas se calcularon en $5 mil millones y en el primer día del actual ya ascienden a $600 millones. Esta cifra aumentará, pues el gerente regional de Epsa, Gustavo Velandia, anunció que el servicio estaría restablecido mañana si hay buenas condiciones climáticas.
El padre Reina, quien hace parte de la Pastoral Social, señala que el problema es que los verdaderos afectados son los más pobres y no el Gobierno, como pretenderían las Farc. “Son la mayoría de la población, que no tiene posibilidades de tener plantas eléctricas y que sufre cada uno de estos cortes”.
El sacerdote cuestiona que este tipo de actos coincidan con fechas turísticas y navideñas, pues “afecta el turismo, la economía, todo. Uno a veces cree que quieren hacerle daño a la ciudad para que la gente no venga, pues cuando no son los apagones, son las incursiones de los diferentes grupos armados”. Agrega que, además, el corte de energía causa restricciones de movilidad a la comunidad, por lo que celebraciones como las novenas o las misas deben reprogramarse o cancelarse.
El coronel Miguel Ángel Correa, comandante de la Policía de Buenaventura, aclara que en el Puerto no hay una fuerte presencia de la guerrilla, pero que en los sectores de Anchicayá y el Bajo Calima, en la zona rural, sí hay estructuras del Frente 30 y la columna Libardo García de las Farc.
“Hace meses no se presentan situaciones en la Vía al Mar o en el casco urbano, como sucedía en otras épocas. Realizan acciones como las voladuras de torres, que son en lugares inhóspitos y que solo requieren de una o dos personas que instalan los explosivos, pero sí producen una afectación enorme”, dice el oficial.
Para pescadores artesanales como Manuel Bedoya, cada uno de estos atentados se vuelve un martirio. “No nos compran el pescado porque no hay dónde guardarlo y la mercancía de los comercializadores toca trasladarla a Cali, eso es costosísimo. Las pérdidas son millonarias y la gente se queda sin trabajo”.
Bedoya no entiende por qué si en Buenaventura ya han ocurrido varios atentados de este tipo, no se ha encontrado una solución para garantizar el servicio de energía en la ciudad durante estas contingencias. “Hay falta de previsión del Gobierno Nacional. Acá hemos dicho muchas veces que se necesita un plan B, pero solo les interesa que el Puerto mueva la carga”, advierte el pescador.
Una alternativa es lo que en reiteradas ocasiones han solicitado pobladores, comerciantes y los gremios. Óscar Isaza, presidente del Grupo PIO S.A.S., explica que no solo es necesaria la construcción de una segunda línea de energía para el Puerto, sino que “es el momento de que el Gobierno tome decisiones como la construcción de una planta de generación de energía en Buenaventura, lo que daría un clima de inversión y tranquilidad, pues evitaría cortes en el futuro”.
La lógica, tanto de Isaza como de varios líderes comunitarios, es simple: así como los grupos armados al margen de la ley pueden volar una torre en Anchicayá, si quieren dejar a Buenaventura sin energía vuelan otra de la segunda línea.
Todos, sin embargo, guardan la esperanza de que este tipo de acciones cesen, especialmente cuando se ha anunciado un cese unilateral por parte de las Farc. El líder comunitario Mario Angulo le pide a la guerrilla “tomar conciencia. Las acciones no deben afectar a la población civil, porque eso genera es rechazo al proceso de paz”.
Por su parte, Isaza se pregunta por qué parece que hubiera un empeño en aislar a Buenaventura en materia de inversión. “Tratamos de atraer inversionistas y la respuesta de la guerrilla es dejarnos sin energía. Así ¿quién va a apostar por Buenaventura?”.
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