La decisión del presidente Juan Manuel Santos de ordenar a las Fuerzas Militares suspender por un mes los bombardeos contra los campamentos de las Farc, no es nueva ya se había realizado en el gobierno del presidente Belisario Betancur.
El 28 de marzo de 1984 en el gobierno de Belisario Betancur se firmó un acuerdo de cese el fuego bilateral con las Farc en el campamento conocido como Casa Verde, en el municipio de La Uribe, departamento del Meta. El documento fue suscrito por una Comisión de Paz, Diálogo y Verificación, en representación del Gobierno, y por el Estado Mayor de las Farc.
Del mismo modo, el 28 de mayo de 1984, las Farc ordenaron el cese el fuego a sus 27 frentes guerrilleros, mientras el presidente Betancur ordenó lo mismo a todas las Fuerzas Militares del país.
Fue hasta las elecciones presidenciales y parlamentarias de 1986, que la UP obtiene el tercer lugar, que grupos paramilitares y de inteligencia del Estado se confrontaron a este grupo y se rompieron los acuerdos de la Casa Verde, pues los guerrilleros volvieron a las armas.
Implicaciones políticas y militares
Esta decisión del primer mandatario tiene profundas implicaciones políticas, pero no tanto en el plano militar estratégico.
Un experto consultado considera que este es el primer paso del Gobierno hacia el cese bilateral del fuego pactado, en correspondencia al cese unilateral que declararon las Farc desde el 20 de diciembre pasado.
Sin embargo, si bien se trata de una contraprestación del Ejecutivo, también es “reversible” en cualquier momento, y por ello no afectará la ecuación de la guerra, según explica el coronel en retiro del Ejército y analista de temas de seguridad nacional, Carlos Alfonso Velásquez.
“Esta decisión no afecta la ecuación del conflicto, porque desde que comenzó la negociación se está decidiendo en lo político, y esto es una contraprestación a las Farc”, dice el oficial en retiro.
Velásquez, no obstante, reconoce la importancia de los bombardeos en cualquier conflicto armado. “Se trata de un arma letal que tiene la posibilidad de desmoralizar al enemigo, porque cuando le cae toneladas de bombas y no tiene dónde refugiarse pues las bajas son muchas. Eso en la contraparte produce la sensación de impotencia”.
Y agrega que por tratarse de una decisión militar decisiva, además costosa, “cualquier bombardeo siempre debe ser autorizado por el Comandante General de las Fuerzas Militares”.
De hecho, ha sido con bombardeos como las Fuerzas Militares le han propinado los más duros golpes a la guerrilla. En la provincia de Sucumbíos, en territorio de Ecuador, el primero de marzo de 2008 fue abatido alias ‘Raúl Reyes’ y otros 20 guerrilleros; el 22 de septiembre de 2010 fue abatido en la Serranía de La Macarena (Meta) Víctor Julio Suárez Rojas alias ‘el Mono Jojoy’, y el 4 de noviembre de 2010 fue abatido con un bombardeo Guillermo León Sáenz Vargas, alias ‘Alfonso Cano’.
El ex coronel Velásquez señala la suspensión de los bombardeos le envía un mensaje claro a las Fuerzas Armadas: “Que el proceso va en serio y que se está ambientando el cese bilateral del fuego”.
Comentarios ()