La comunidad indígena wounaan nonam culminó el viernes una semana de competición de actividades tradicionales en el oeste de Colombia, donde habita en poblados aislados, para hacer que sus saberes ancentrales se mantengan vigentes entre sus miembros más jóvenes.
A orillas del río San Juan, en el límite de los departamentos de Valle del Cauca y Chocó, unos 700 integrantes de este grupo -que habita en esta zona de Colombia y en el Darién panameño- participaron en competencias de tiros con arco y flecha, elaboración de artesanías, tala de leña, entre otras.
Según los organizadores, el objetivo del encuentro, que se realizó por décima ocasión, es que sobre todo los hombres más jóvenes de la comunidad -que muchas veces visten de pantalón y camiseta y usan teléfonos móviles- no pierdan sus tradiciones ni se dejen influenciar por grupos ilegales que actúan en la zona y los buscan reclutar a cambio de dinero o aparatos electrónicos.
Para que alguien ajeno al grupo llegue al lugar donde se organizó la competencia es necesario que tome una lancha y navegue entre dos y tres horas desde la ciudad portuaria de Buenaventura. Pero a pesar de la distancia, la interacción con la cultura citadina permea a los jóvenes.
Las competencias involucraron desde a ancianos hasta niños en las tradiciones más antiguas de la comunidad, que hasta ahora ha logrado mantener su idioma y otras costumbres como la de pintarse la piel, a pesar del paso de los años y las influencias externas.
Una joven que peló siete bananos verdes en un minuto y otro que logró comerse la mayor cantidad de pepas de ají estuvieron entre los ganadores de las jornadas de competición.
Los wounaan nonam son parte de la etnia embera y se calcula que su población ronda las 6.000 personas, entre los que habitan en Colombia y Panamá, según la Asociación de Cabildos Indígenas Embera.
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