La Fiscalía General informó que citó a interrogatorio a un periodista que confesó haberse autoamenazado para que, entre otras cosas, no le retiraran a sus escoltas.
El anuncio fue hecho por la oficina de prensa de la Fiscalía que telefónicamente le explicó que, aparte de las falsedades en que incurrió, el comunicador Yesid Toro deberá explicar porqué redactó un panfleto amenazante en el que también incluyó a otros siete periodistas del departamento de Valle del Cauca.
Pero Toro le dijo a la Fiscalía que el martes no puede acudir al interrogatorio para defenderse de sus mentiras, explicó Ómar Jaimes, jefe de prensa del ente investigador.
Toro expidió el viernes pasado un comunicado en el que, tras sostener que estaba "profundamente avergonzado", confesó haber mentido y ser el autor de un panfleto del 29 de septiembre de 2014.
Ese día apareció una amenaza escrita y supuestamente firmada por la banda narcoparamilitar de "los Urabeños" en la que se les decía a los ocho periodistas --incluido Toro-- que tenían 24 horas para abandonar las ciudades donde laboraban por el hecho de hablar mal en los medios de comunicación de esa organización al margen de la ley.
Adriana Hurtado, presidenta de la no gubernamental Federación Colombiana de Periodistas, explicó por teléfono a la AP que Toro confesó su error "por el remordimiento que le causó el hecho de que los periodistas que él incluyó en el panfleto o empezaron a enfermar por los nervios o tuvieron que dejar a sus familias" (Lea aquí: “La amenazas fueron hechas por mí mismo”: Yesid Toro).
Toro perjudicó con sus mentiras a periodistas de las ciudades de Cali y Buenaventura, ambas en Valle del Cauca y, respectivamente, a 300 y 350 kilómetros al suroeste de Bogotá.
En tanto, Élmer Montaña, abogado de Toro, comentó a la AP que su cliente expidió el comunicado para tranquilizar a los periodistas que falsamente incluyó en el papel amenazante.
Confesó, según Montaña, "para aligerar la carga moral" que le estaban causando los perjuicios ocasionados a sus siete colegas. Agregó que si bien su defendido cometió un grave error se le debe abonar el que haya tenido el valor de salir a confesar públicamente que se había equivocado.
Hasta el viernes pasado ninguna autoridad estaba investigando a Toro por sus mentiras, según Montaña. Por eso quejó de que ante la prensa la Policía esté cobrando el caso como un éxito investigativo.
Tras calificar de deplorable lo actuado por Toro, la presidenta de la federación de periodistas opinó que su caso no puede utilizarse para minimizar las amenazas reales de que en Colombia son víctimas muchos periodistas. Informó que en lo que va corrido del año, la organización tiene el registro de dos periodistas asesinados al parecer en razón de su oficio y 20 amenazas.
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