Colombia


La pobreza es el verdadero problema de Colombia

COLPRENSA

19 de abril de 2013 03:56 PM

Colombia conoció el pasado jueves el segundo reporte de este gobierno sobre sus resultados contra la pobreza. Según el DANE, en esa condición están el 32,7 % de los colombianos (un descenso de más de 4,5 puntos en dos años), mientras que en el índice de pobreza multidimensional (que considera distintas condiciones de vida de las personas) se ubica el 27 % de los nacionales.
El director del Departamento de Prosperidad Social, Bruce Mac Master, es quien encabeza la tarea de bajar esas cifras y ya puede decir que cumplió con una primera meta: sacar al país de la lista de las diez naciones más desiguales del mundo.
A comienzos del año se multiplicaron los rumores sobre la inminente salida de Mac Master de su cargo como director del Departamento de Prosperidad Social, pero luego de cuatro meses, él asegura que no quiere aceptar ningún otro lugar en la administración, sino que quiere seguir cumpliendo esa tarea que identifica como su misión de vida: mejorar la vida de los más pobres del país. En entrevista con Colprensa habló de esos resultados y explicó cuáles son los retos del Gobierno en los próximos años.
- El presidente, Juan Manuel Santos, resaltó como mayor logro de su Gobierno la reducción de la desigualdad, incluso por encima de la caída del índice de pobreza. ¿Por qué?
El coeficiente Gini, que es el indicador que mide la desigualdad en un rango de 0 a 1 (en el que entre menor sea la cifra se goza de mayor igualdad), históricamente es muy difícil de mover, porque contiene dentro de sí mismo el tamaño de la economía, al determinar cómo se distribuye la totalidad del ingreso en la totalidad de la población. No es solo que la economía crezca; hay que lograr distribuirla bien. El hecho de que en Colombia hayamos bajado dos puntos porcentuales en dos años (hoy en 0,539) nos muestra con la mayor mejoría en la región, después de Ecuador. La preocupación actual no debe ser por los indicadores de crecimiento, sino por ver que éste sea redistributivo; esa ha sido la tendencia desde 2010, cuando el índice Gini comenzó a descender. Algo está funcionando bien y es el análisis multidimensional de resultados, que permite diseñar y aplicar políticas mejores. Por eso le damos tanta importancia.
- Que el resultado sea positivo es un motivo para que el Gobierno cambie sus prioridades y se preocupe más por esas metas de igualdad que por las tasas de crecimiento…;
Todo el país debe hacerlo, los ministerios, las empresas, los investigadores, las universidades, todos. Estoy haciendo un esfuerzo muy grande por poner la discusión de pobreza y equidad en la agenda de los colombianos. Ojalá los economistas hablaran menos de tasa de cambio y de interés y mucho más del coeficiente de igualdad, de la reducción de la pobreza, porque ese es el verdadero problema de Colombia, donde hay 14.300.000 pobres, ese debe ser el principal desafío, los demás indicadores son muy volátiles. Llevamos 10 años discutiendo la tasa de cambio y apenas varía 30 pesos, eso es muy pequeño para tener impacto.
- Pero el crecimiento de la economía y la inversión en programas sociales deben ir de la mano…;
Sí, tienen que estar de la mano, porque nuestra política tiene un componente macro muy fuerte relacionado con estos cambios, pero también tiene un componente micro. Un crecimiento de la economía que no sea redistributivo no tiene ningún valor. Si las 500 empresas más grandes del país tienen grandes ganancias, hay un impacto tributario y en el sistema fiscal, pero si bien el crecimiento es bueno por sí mismo no es una variable que refleje el bienestar de la población, que es lo verdaderamente importante, el objetivo final de una sociedad tiene que ser el desarrollo humano, el crecimiento es un medio.
- Según Santos, estos resultados no midieron la Reforma Tributaria, el programa de las 100.000 viviendas gratis, el cambio de las regalías, ni el PIPE, que se conoció apenas esta semana. ¿Esas políticas podrían representar otro gran avance?
Estas cifras tienen cierre al 31 de diciembre del 2012. No reflejan los efectos de programas nuevos que han entrado en vigencia gradualmente, por eso esperamos que estos esfuerzos contribuyan fuertemente a que esta tendencia se fortalezca.
- ¿Qué esfuerzos harían falta para acercarse más al cero ideal del coeficiente Gini?
Estas cifras de pobreza no nos pueden dejar tranquilos, aunque nos satisface la tendencia a disminuir, porque es importante saber si los esfuerzos que hacemos son eficaces o no. Probablemente necesitamos hacer más énfasis en algunas cosas, trabajar con más gente y ampliar programas en seguridad alimentaria, vivienda y generación de ingresos. En los próximos años, si el interés del país en este tema sigue, vamos a profundizar el componente micro de la atención a esa pobreza multidimensional. Esta medición nos ha resultado muy útil, porque podemos definir qué hacer en 15 variables, analizar cada una, determinar si hay más cosas por hacer y evaluar su éxito o reconocer sus falencias.
- ¿Los resultados anunciados obligan al Gobierno a modificar los objetivos y las metas en comparación con los definidos hace dos años?
Ya estamos logrando las metas que nos habíamos planteado para el 2014, lo cual no significa que vamos a parar; todo lo contrario, hay que tratar de lograr mejores cosas. Se hacen esfuerzos muy grandes para generar mayor actividad económica a través de medidas indirectas, como poner incentivos a ver qué pasa, pero el índice de pobreza multidimensional nos permite entender por qué la gente es pobre y cuáles son sus necesidades específicas. Así el Gobierno puede actuar, tomar decisiones, como se hizo con la formalización laboral. De hecho, por primera vez se crearon más empleos formales que no formales y por eso hemos hecho esfuerzos por montar leyes como la de primer empleo, porque ese es el tipo de cosas que puede hacer el Gobierno, ahí se puede actuar.
- En esa redefinición de objetivos ¿qué política integral se tiene específicamente para el campo?, porque sigue siendo donde hay más pobreza y desigualdad.
La lectura de los resultados es que el desafío es mayor en lo rural (46,8 %). Es necesario un inventario de las herramientas que tenemos a nuestra disposición para determinar cómo hacerlas actuar. En las 13 ciudades principales los niveles de pobreza extrema son del 3 %, pero en el campo estamos con niveles superiores al 20 %. En las zonas rurales el Estado tiene desventaja, porque no hay mucha infraestructura social a disposición, cuesta más trabajo llevar servicios, hacer casas es más difícil. Colombia tiene que tomar una decisión sobre lo que se va a hacer en lo rural. Hemos venido haciendo cosas, ‘Más Familias en Acción’ se está ampliando fuertemente en lo rural y se está estudiando que los subsidios en el campo sean mayores, porque allí hay más necesidades insatisfechas en algunas categorías.
- De esas categorías ¿hay una identificada que tenga un menor desarrollo en Colombia o varía según las regiones?
El logro educativo y la informalidad laboral suelen ser las de privación más alta, a pesar de que hay mejoras, pero en esos renglones es mayor el tema de desequilibrios regionales. En la política pública colombiana es fundamental entender que este país es de regiones y que cada una es completamente distinta; es necesario entender esas diferencias, porque los problemas no son los mismos.
- ¿Cómo ven la posibilidad de que estos programas sean o no sostenibles por gobiernos venideros?
El próximo presidente tendrá que hablar con sus electores y tendrá que responderle a la historia, porque éste es el principal problema en Colombia. Es más, las discusiones en el actual proceso de paz son sociales no de armamentos. Puede pasar que llegue alguien a quien no le importe la superación de pobreza, así que hemos creado leyes, para que el que vaya a quitar los programas, por lo menos tenga que ir al Congreso. Puede ser así –con fuerza legal— porque el plan se diseñó para que se pueda ir desmontando automáticamente a medida que se supera la pobreza y se cumplan los requisitos; por ejemplo, si cada vez hay menos personas en el Sisbén, esa ya es una evidencia de que los colombianos están saliendo de esa situación, es decir que el programa se auto gradúa, hasta desaparecer cuando se haga innecesario.
- ¿Qué medidas se adoptaron para evitar que quienes ya no necesiten estas ayudas sigan dependiendo de los subsidios?
En Colombia todos los incentivos o subsidios están condicionados y en eso somos muy serios. Si llegamos a dar un beneficio sin que la persona cumpla la condición, la Contraloría nos abre investigación. Queremos hacer programas rigurosos en todo, en diagnóstico, evaluación e implementación. Ahora, tampoco nos casamos con los métodos, seguiremos el índice de pobreza multidimensional con rigurosidad, pero también con flexibilidad, porque de repente una variable es irrelevante o hay otra que vale la pena medir y Colombia debe darse el lujo de hacer los ajustes que se requieran en pro de la focalización de los recursos del Estado, porque tenemos que asegurar que éstos vayan a quien los necesite.
APOYO INTERNACIONAL
El índice de pobreza multidimensional se publicó por primera vez en Colombia en 2012, siendo el segundo país en implementarlo, después de México. El economista John Hammock, co-fundador de Oxford Poverty & Human Development Initiative (OPHI) y experto en el desarrollo de índices de pobreza multidimensional, asesora al Gobierno en la elaboración de los índices. Para Colprensa, hizo un análisis de la herramienta:
- Midiendo la pobreza de forma multidimensional, ¿es importante que haya un crecimiento económico?
Varios estudios han mostrado que un alto crecimiento económico no necesariamente se traduce en desarrollo humano, mayor equidad o reducción de la pobreza. En India o China el crecimiento es muy alto, pero en aspectos sociales los indicadores han bajado muy fuertemente. El crecimiento es importante, pero tiene que ir complementado con un desarrollo más social-humano.
- ¿Cuál es la participación de OPHI en el proceso?
Dejamos que cada país escoja sus propias dimensiones y sus propios indicadores. En el caso colombiano cuentan con los indicadores del Dane, que además son increíblemente transparentes; eso da confianza, porque en la página web se puede entender exactamente lo que se está haciendo, lo que no es muy común a nivel de gobiernos. Apoyamos la parte técnica, no revisamos los datos, porque no es nuestro papel, lo que sí miramos es cómo éstos se han utilizado. Este equipo de Colombia es extremadamente técnico y ha institucionalizado el índice de mejor manera que en México.
- ¿Qué significa para los ciudadanos esta manera de estudiar la pobreza?
Es una investigación que no se queda para archivar, se usa en políticas públicas. Lo importante no es tanto que funcionen o no sino focalizar en los programas para, sobre la marcha, evaluar cuáles son mejores y hacer los cambios respectivos, es cuestión de tener flexibilidad y el método lo permite.
- ¿Qué datos adicionales da el indicador multidimensional frente al tradicional (monetario) con el que se mide la pobreza?
La medida de ingreso es importante, pero es una herramienta muy cruda. Este instrumento permite comparar y complementar el ingreso con otras variables de calidad de vida. Que una persona salga de la extrema pobreza no significa estar sobre la línea de ingreso en Colombia, también tiene que estar bien en sus características sociales. El Gobierno no tiene muchas herramientas para trabajar con el ingreso, porque no puede generar muchos empleos, pero a través de herramientas más amplias se pueden atacar diferentes aspectos de la pobreza al mismo tiempo.

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