Con la radicación el pasado martes 13 de diciembre de la ley de amnistía e indulto, el llamado mecanismo de la vía legislativa rápida especial entró en vigencia en el Congreso de la República, para que con el mismo se empiecen a tramitar la reformas constitucionales y leyes que le den vida al acuerdo que llevará a que las FARC dejen las armas y se conviertan en partido político.
La vía rápida o fast track, en su momento llevó a que el mismo fuera muy cuestionado por lo que realmente significa, que el Congreso de la República pierda en parte su capacidad de proponer y aprobar las reformas legislativas, esto porque se deberá dar trámite a los temas fundamentales de ese acuerdo de paz.
Posiciones contrarias expresaron en su momento el senador liberal, Luis Fernando Velasco, y el representante a la Cámara por Cambio Radical, Rodrigo Lara, quienes en entrevista con COLPRENSA retoman sus posiciones y proyectan qué pasará en los próximos seis meses en que estará en vigencia este mecanismo especial.
LUIS FERNANDO VELASCO
- ¿Por qué fue necesario aprobar el llamado fast track con el cual el Congreso pierde parte de su autonomía legislativa?
Leyendo la sentencia de la Corte Constitucional, es muy interesante porque reconoce las amplias facultades que tiene el Congreso como constituyente derivado para hacer una serie de modificaciones en la Constitución, de hecho fue el propio Congreso el que dijo que en vez de haber ocho debates para una reforma iban a haber cuatro. El Congreso lo debatió y votó eso con las reglas de una reforma constitucional vigente. El Congreso decidió votar si o no, tal y como hoy sucede con los tratados. Fue el propio Congreso el que se puso las limitaciones, no fue poder externo. Es evidente que el Congreso tenía esa competencia y por eso se ha motivado un debate.
- ¿Por qué es necesario que esta reglamentación del acuerdo de paz ustedes no puedan modificar?
Cuando se fue el equipo negociador a La Habana se fueron a representar al Estado Colombiano, el presidente les dio esa potestad, no se fueron en tour. Si ellos lograron unos acuerdo, el Estado tiene que honrar la palabra, no el jefe de la misión Humberto de la Calle, entonces mal haría el Congreso volver negociar o reformar lo que se ha acordado. Antes de cerrar esa firma en La Habana, el país se había pronunciado diciendo que le daba cuatro años más al presidente para hacer la paz.
- ¿Los proyectos hasta dónde realmente se podrán cambiar?
Fue parte de lo que se negoció en el terreno entre la derrota del si en el plebiscito y el nuevo acuerdo. Tal es un nuevo acuerdo que la amnistía que ya se presentó no es la amnistía que estaba pensada con el primer acuerdo.
- ¿Con el fast track dando resultados se puede pensar que ese mecanismo se mantendrá para un futuro?
Es excepcionalísimo y así lo dice la sentencia de la Corte. Es especial porque en mi parecer son centrales, el primero la paz no es un fin del Estado, se entiende el fast track porque se está tratando de salvar un acuerdo de paz que el fin de la Constitución Política de Colombia. En adelante debemos unas reglas como se han construido, tal vez mejorar algunos temas para facilitar los debates, como son inhabilidades, impedimentos.
- ¿Cree que el Congreso revisará o modificará alguno de los decretos ley que expedirá el presidente con base en las facultades especiales?
Más que modificar se pueden es negar, este Congreso coge unas dinámicas que sorprenden, por ejemplo se decidió el jueves no autorizar una licencia a un magistrado del Consejo Nacional Electoral, que asesorá la implementación, es probable que eso ocurra, que los niegue.
-
RODRIGO LARA
- ¿Por qué el ‘fast track’ no es conveniente?
Porque no es lo ideal, nos han demostrado que estas reformas deberían tramitarse por los procedimientos normales. Sin embargo, estábamos ante una disyuntiva: o aceptábamos el ‘fast track’ o seguíamos perdiendo tiempo para implementar los acuerdos y la terminación efectiva de este proceso que solo será efectiva cuando las FARC entreguen sus armas y se reintegren a la vida civil.
- ¿Perdió el Congreso la posibilidad de legislar sobre estos temas o habrá negociación con el Gobierno?
En primer término, los acuerdos de La Habana fueron sustancialmente mejorados a lo que eran antes del plebiscito. El hecho de que se hayan mejorado nos da mucha tranquilidad sobre muchos aspectos que deberán ser implementados y reglamentados. No creo que nos vayamos a encontrar con grandes sorpresas, porque creo que eso ya se resolvió en la renegociación.
- ¿El Congreso podrá revisar los decretos-ley que dicte el Presidente con base en las facultades extraordinarias?
Sí, pero creo que de todas maneras esas facultades le permiten al Presidente implementar normas procedimentales, pero las normas sobre equilibrio de poderes, aquellas que afecten la vida de los colombianos, se discutirán en el Congreso de la República. Las facultades que se le dan al primer mandatario solo tienen el alcance de darle impulso a este acuerdo de paz, no creo que se vayan a dictar normas de fondo que afecten a la mayoría de colombianos.
- ¿En ese paquete legislativo que viene será fácil la concertación?
En la ley de amnistía y de procesamiento a los militares no creo que haya mayor discusión, es una norma que busca amnistía a los combatientes rasos, facilitarles a los militares investigados un proceso adecuado debido a la guerra irregular en la que han estado inmersos. Aquí no hay malas sorpresas. Pero sobre este asunto no veo que haya mucho de qué hablar.
En la renegociación se resolvieron muchos asuntos de fondo que generaban preocupaciones. Ejemplo: para que un civil sea procesado por la Justicia Especial de Paz tiene que haber cometido muy graves delitos de lesa humanidad, y no solo por el hecho de haber pagado vacunas a paramilitares que lo extorsionaban, por decir.
- ¿Cómo ve la creación del partido político de las FARC?
Es algo normal, desde que un Estado negocia con un grupo irregular es porque le está reconociendo ese carácter político y para el país es mejor que las FARC estén haciendo política y no disparando a la gente ni volando oleoductos y dañando el medio ambiente. Recordemos que desde el punto de vista estratégico la guerra la ganó el Estado colombiano. Y en lo que tiene que ver con la reforma electoral, pues bienvenida, el hecho es que en Colombia hay permanentemente casos de fraude electoral y no hay nada más grave para una democracia que la gente pueda pensar que los cargos de elección popular se ganan no a través de la votación sino haciendo maniobras fraudulentas.
- ¿Cómo ve la situación del magistrado Novoa?
Aquí hay una exageración. Realmente perdió el Senado por una pequeña minoría, en Cámara ganó el Sí a la licencia de este magistrado, en Senado tomaron una decisión distinta, pero que en el fondo nada tiene que ver con este proceso de paz.
Comentarios ()