Sin certeza de cuántos menores de edad están en las filas de las Farc en este momento, iniciaron las desvinculaciones de los niños y adolescentes menores de 15 años.
Los primeros ocho menores fueron entregados en el Meta en la mañana del sábado y otros cinco fueron desvinculados en la tarde en otro lugar.
Lo primero que hace el CICR es verificar el estado de salud de los niños para garantizar que soportan el traslado y posteriormente los entrega a Unicef para que los albergue temporalmente.
Los pequeños entregados en Antioquia irán a un refugio ubicado en el Oriente antioqueño, específicamente, entre Guarne y Rionegro, para mantenerlos en un clima similar al que han vivido en los últimos meses. En este espacio los menores podrán permanecer hasta por dos años dependiendo del tiempo que tome su proceso de restablecimiento de derechos.
“Se ha previsto unas rutas claras en las que la Unicef recibe a los niños para darles una atención inmediata de choque y, dependiendo de la característica de capacidad y de atención diferenciada, los niños van a ser atendidos por diversas instituciones”, expresó la secretaria de Gobierno de Antioquia, Victoria Eugenia Ramírez.
De acuerdo con la secretaria, la entrega de los menores será gradual para que puedan ser bien recibidos.
Ituango, Briceño, Cáceres, El Bagre, Mutatá, Apartadó y Turbo son los municipios más afectados por el reclutamiento infantil, informó la secretaria.
¿Y los demás menores?
Victoria Eugenia Ramírez manifestó su preocupación con que solamente se entreguen los niños menores de 15 años: “es como si los niños de 15 a 18 años no tuvieran incidencia, son víctimas, las leyes y la Corte Constitucional así lo han establecido, todo niño menor de 18 años es víctima, tiene un régimen especial y su tratamiento de restablecimiento de derechos es diferente”.
Según cálculos de la Fiscalía General de la Nación, 11.556 menores fueron reclutados por las Farc entre 1975 y 2014, es decir, una gran cantidad de ellos ahora son adultos.
Ahí hay una situación complicada, precisó Ramírez, “muchos que hoy son victimarios fueron víctimas al entrar a la guerrilla”.
Luz Alcira Granada, directora nacional de incidencia política de Save the Children Colombia, explicó que como sociedad “debemos prepararnos ya que definitivamente no es igual acoger a un niño menor de 15 años que a uno mayor de 16, porque creemos que cuando un niño ha tomado la opción de irse a las armas lo que tenemos que hacer es castigarlo”.
Al respecto, la representante a la Cámara, Margarita Restrepo, del Centro Democrático, aseguró: “Mucho me temo que la guerrilla no quiere reconocer la magnitud de su crimen, razón por la que ha preferido manejar el asunto con misterio y mentiras. La última vez que ellos hablaron de los menores, mencionaron que había una veintena de niños en sus campamentos, contradiciendo la evidencia que indica que se trata de una tragedia que afecta a más de 5 mil menores”.
Un proceso incluyente
“Tenemos la necesidad como sociedad de poder restituir los derechos de los niños que están siendo desvinculados del conflicto y entender que no debemos discriminarles, independientemente de lo que ha ocurrido, necesitamos acogerles, perdonar, y entender que lo único que ha ocurrido es que como familia, comunidad y Estado hemos fallado”, manifestó Granada.
Además, agregó que cada niño tendrá un proceso diferente de restablecimiento de derechos, porque cada historia es distinta, cada uno llegará con necesidades insatisfecha s y su propio ritmo lo irá marcando el tiempo.
Sin embargo, anotó que el Estado tendrá que ser garante y acompañante en todo el proceso para que el menor pueda integrarse finalmente a su familia, si es que esta existe, y que tenga la garantía de sus derechos a la educación, a la salud, a la familia, a un ambiente sano y al buen nombre.
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