“Así como en la guerra nuestros soldados y policías nos defendieron y nos protegieron, ahora en el momento del fin del conflicto con las FARC, también serán los que nos defenderán y protegerán a la sociedad, a las instituciones y al sistema democrático de Colombia”. Así lo destacó el general (r) Jorge Enrique Mora, quien hizo parte del equipo negociador del gobierno.
Mora Rangel recordó que estuvo durante 42 años en el Ejército. “Me retiré y un día me llamó el presidente Santos para decirme que iniciaba un proceso de fin de conflicto con las FARC y que quería que yo hiciera parte del equipo negociador. Circunstancias que me pusieron a dudar, pero que inmediatamente acepté”.
Dice que después de estar mucho tiempo persiguiendo a la guerrilla por todo el territorio nacional, con toda la capacidad, con todo el poder del Estado, en defensa siempre de los colombianos, de la sociedad, de las instituciones y de nuestro sistema democrático, se sentó con varios de los miembros del equipo de las FARC, a los que combatió.
“Iniciamos este periplo de cuatro años viajando con una frecuencia muy grande a La Habana, viviendo en una casa con el resto de miembros del equipo negociador, reuniéndonos con el equipo de las FARC en unas conversaciones difíciles, de muchas tensiones. Dos equipos con aspiraciones muy diferentes, muy diversas, muy duras en sus decisiones, pero quiero resaltar la fortaleza del equipo de Gobierno que estuvo allá”, señaló Mora Rangel.
- ¿Cómo fueron esos cuatro años de negociaciones entre el equipo del Gobierno y el equipo de las FARC?
Es muy importante que los colombianos sepan que el equipo negociador del Gobierno lo conformó el presidente con unos parámetros, con unas características de cada uno de los integrantes, que permitió como equipo tener una fortaleza para presentarle a los colombianos el acuerdo que hoy le estamos presentando, en una actitud muy responsable.
- ¿Qué es lo más importante que destaca de esta negociación?
El acuerdo que se firmó en La Habana lo hicimos responsablemente, con mucha lealtad a la sociedad colombiana, pensando siempre en los colombianos. Las FARC tenían unos intereses desmedidos y querían vender sus ideas y sus aspiraciones, doctrinas y sus políticas y querían que nosotros le aceptáramos sus aspiraciones, cosa que no fue así.
- ¿Qué otros aspectos rescata usted de estos casi cuatro años en La Habana?
Quiero resaltar la fortaleza del equipo y la responsabilidad del equipo. Los acuerdos que salieron de La Habana los asumimos con toda la responsabilidad. Creo que fuimos honestos con los colombianos y como dijo y ha dicho el jefe del Equipo Negociador, el doctor Humberto de la Calle: ‘es el mejor acuerdo posible’. No es un acuerdo perfecto. Hay colombianos que tienen dudas, hay escepticismo, hay preocupaciones, todas esas circunstancias son respetables, pero yo le quiero asegurar a los colombianos, con toda la honestidad, que hemos sido responsables y que es el mejor acuerdo posible para ponerle fin a un conflicto con el grupo armado más numeroso en Colombia, con mayor presencia en el territorio colombiano y un grupo guerrillero que se compromete a desmovilizarse y a entregar las armas.
- Por lo que usted esboza en el sentido de que había disparidad de criterios entre el grupo del Gobierno y el grupo de las FARC, ¿hubo algunos momentos de tensión en los que usted temió que todo terminaría y se levantarían de la mesa de diálogo?
Varios momentos de dificultad, que hacen parte de la reserva, pero realmente hubo momentos de dificultad. Hubo momentos en los que nosotros pensamos esto no va más. Absolutamente no va más, no le vamos aceptar a las FARC sus aspiraciones, son totalmente inconvenientes para la sociedad, para los colombianos y esas circunstancias se vivieron una, dos y tres veces. Difíciles momentos, pero afortunadamente se solucionaron en el último momento, pero se solucionaron y pudimos llegar a finalizar el acuerdo y entregarle a los colombianos lo que hoy le estamos entregando.
- Usted viene del Ejército, ¿con este acuerdo pierden las Fuerzas Armadas de Colombia?
Mire, una de las fortalezas de la democracia colombiana son las instituciones militares. Los militares en Colombia han sido unas instituciones respetuosas del poder civil, hay una convicción absoluta entre los militares colombianos que el Comandante General de las Fuerzas es el Presidente de la República y que el poder civil tiene una prevalencia sobre el poder militar. Y esa es una fortaleza de la democracia colombiana y eso es lo que hemos vivido durante estos 50 o más años de conflicto: un respeto de los militares por el Presidente de la República como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.
- Las fuerzas Armadas de Colombia siguen siendo tan importantes dentro del acuerdo...
Durante estos más de 50 años de conflicto los soldados y policías de Colombia se dedicaron a respaldar a los colombianos, a proteger a los colombianos, a defenderlos contra las asechanzas y contra todas esas barbaridades que cometieron las FARC. Ellos fueron los defensores. Y las FARC se sentaron en La Habana, durante cuatro años, por lo que nuestros soldados y policías hicieron en el campo de combate. Ellos, los soldados y policías, que se entregaron en defensa de los colombianos, con grandes sacrificios, con mucha responsabilidad, con muchos muertos, una cantidad de soldados y policías mutilados, heridos, esposas que perdieron sus esposos, hijos que perdieron sus padres, padres que perdieron sus hijos; soldados de la Patria, gente humilde, ellos fueron los que hicieron posible la defensa y fueron los que llevaron a la FARC a sentarse en la mesa de negociaciones.
- ¿Qué papel entonces van a jugar las Fuerzas Armadas?
El hecho de que las Farc estén en La Habana, no es porque ellos de buenas personas le dijeron a los colombianos vamos a sentarnos a firmar porque queremos llegar al fin del conflicto. No. Fueron los soldados y policías. Y esto es la victoria de nuestras instituciones. Durante el tiempo del conflicto fueron los policías y soldados los que nos defendieron. Durante estos cuatro años del acuerdo un grupo de más o menos 20 militares y policías se sentaron con las FARC y llegaron a pactar y a acordar paso a paso la concentración y la entrega de armas, ese es otro aporte de las Fuerzas Militares y de Policías a la paz de Colombia. Y ahora firmados los acuerdos y mirando el fin del conflicto, los soldados y policías seguirán siendo los garantes del futuro de Colombia y la tranquilidad de Colombia.
- ¿Debe el Gobierno implementar medidas para que la Fuerza Pública llegue a aquellos sitios que estaban ocupados por las FARC y hacer una mayor presencia?
En un acuerdo del fin del conflicto, en cualquier parte del mundo donde han sucedido, se corren unos riesgos. Nosotros, como en el resto de partes del mundo donde se han firmado, corremos que hayan disidencias que no estén de acuerdo con desarmarse, eso puede pasar. Corremos el riesgo que dejen armamento escondido, ese riesgo se corre, no podemos evitarlo. Esperemos que las FARC cumplan, pero corremos ese riesgo. Con la concentración, con el compromiso de concentrarse y entregar las armas hay unas áreas, unos sectores del territorio Nacional que no es que hayan estado en manos de ellos, y quiero hacer énfasis en eso: las FARC nunca en la historia han tenido dominio de territorio, ellos han tenido presencia en unos sitios más que en otros. Y ahora que van a salir de esos sitios se corre el riesgo, como los colombianos tienen la preocupación, de que el ELN, las famosas Bacrim o el narcotráfico las ocupe, pero nuestros soldados y nuestros policías, nuestras instituciones saben de esos riesgos y, así como en la guerra nos defendieron y nos protegieron, ahora en el momento del fin del conflicto también serán los que nos defenderán y protegerán a la sociedad, a las instituciones y al sistema democrático de Colombia.
- ¿Cuál es el mensaje que usted le deja a los colombianos respecto a este acuerdo con las FARC?
Duramos cuatro años sentados en la mesa de negociaciones en La Habana, llegamos a un acuerdo que le pone fin a un conflicto de más de 50 años con las FARC. Yo quiero decirle a los colombianos, con la sinceridad de un soldado, yo no soy político, es que le estamos entregando un acuerdo que es el mejor acuerdo posible. No es perfecto, pero es el mejor acuerdo posible y es lo que nos va a permitir a las FARC como organización a que deje las armas, a que desaparezca como movimiento armado y se incorpore a la sociedad, a la vida política y a la democracia, a la cual ellos le habían decretado la guerra.
Yo le pido a los colombianos que en estos momentos me dan la oportunidad de hablarles, que confíen en lo que el equipo negociador hizo, que lo hicimos con gran responsabilidad, con mucha honestidad y estamos convencidos de entregarle a Colombia algo que nos permite a nosotros pensar en un futuro en la paz. No es un acuerdo perfecto, pero es el mejor posible y yo creo que eso nos hace a nosotros pensar que estamos transitando hacia una vida más tranquila en el futuro, ojalá sea corto.
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