Exactamente en 16 días el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla del ELN estarán dando en Quito, Ecuador, la apertura a la negociación formal para concretar la terminación del conflicto armado, pero en estas dos semanas previas se deberán dar pasos fundamentales para ese propósito.
El excomisionado de paz y negociador en la fase privada, Frank Pearl, señaló que el primer gran acuerdo que se pactó con el ELN es el compromiso de la liberación de todos los secuestrados que tiene en su poder. Esto se tendrá que concretar antes del 27 de octubre, día de la instalación de la mesa.
En el comunicado de las partes del lunes, leído en Caracas, Venezuela, igualmente se informó que el gobierno hará gestos humanitarios. El excomisionado Pearl sostuvo que el gobierno, en un momento determinado, liberará a algunos de los guerrilleros de esta organización subversiva, para lo cual se revisará la situación de quienes están sindicados de pertenecer, sindicados por colaborar, condenados por pertenecer y condenados por colaborarle al ELN en su accionar guerrillero.
Las partes ya definieron que en la segunda semana de la negociación, desde el 3 de noviembre, en la mesa se abordará la discusión de las liberaciones por razones humanitarias.
Un paso más que se dará en estos días previos es que se concreten los equipos negociadores de ambas partes.
El lado del gobierno ha tomado fuerza que sería una mujer la jefe del equipo negociador, la canciller María Angela Holguín, quien en el proceso con las FARC llegó a la mesa desde hace cerca de dos años y su papel en la fase final fue muy importante.
El periodista Mauricio Rodríguez, quien fue el que leyó el comunicado del lunes, además de ser el cuñado del presidente Juan Manuel Santos, es uno de los hombres de mayor confianza en este proceso con el ELN. Por el momento no se cree que esté de lleno en la mesa, sino que su misión sería similar a la de Enrique Santos, el hermano del Jefe del Estado, que fue clave en momentos críticos de la negociación con las FARC.
Pero el nombre del excomisionado de Paz (gobierno de Ernesto Samper) y exviceministro del Interior, José Noé Rios, es prácticamente fijo, dada su experiencia en los procesos de paz y su conocimiento de cómo opera el ELN.
Ríos estuvo en los diálogos y acuerdos con el M-19, el Ejército Popular de Liberación (EPL), el Quintín Lame y la Corriente de Renovación Socialista; asesoró los fracasados diálogos de Tlaxcala (México), que vieron su fin con la muerte en cautiverio del exministro Angelino Durán Quintero.
Por el lado de los militares estará el mayor general (r) Eduardo Herrera Berbel, quien es especialista en Defensa Nacional, análisis y solución de conflictos de la Universidad Militar Nueva Granada, especialista en Administración de Recursos Militares de la Escuela de Armas y Servicios.
Hasta el momento ha estado cercano también a la negociación el economista Julián Arévalo, quien hace parte del equipo del Alto Comisionado de Paz, además ha trabajado en la DIAN en temas de contrabando y lavado de activos y financiamiento de grupos armados ilegales.
En el equipo del ELN, se confirmó que Israel Ramírez Pineda, alias Pablo Beltrán, el tercero al mando en el ELN será el jefe del equipo negociador. Es ingeniero de Petróleos y es considerado un gran estratega en propaganda y comunicaciones.
Otro de los seguros negociadores del ELN será Pablo Tejada o Aureliano Carbonell, a quien se considera uno de los hombres fuertes del frente de guerra Nororiental. De su historial poco se le conoce, pero en la revista digital que tiene esta guerrilla es quien más escribe.
De la misma forma está Manuel Gustavo Martínez, quien se conoció como miembro de ese equipo negociador desde marzo,l cuando se anunció que estaba lista la agenda de conversaciones.
Dos negociadores más que tendría el ELN son Bernardo Téllez y Consuelo Tapias, de quienes igualmente no se conocen mayores datos de su participación guerrillera.
Un dato más que ya se conoció de cómo funcionará la mesa, es que al final de cada ronda de negociación habrá acuerdos entre las dos partes y propuestas para que haya desescalamiento del conflicto con el respaldo de los movimientos cívicos.
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