Colombia


Niño duró cinco horas colgando de un árbol en Bogotá

COLPRENSA

01 de agosto de 2014 09:34 PM

Colgando de las ramas de un árbol amarrado de las manos, con ambos brazos fracturados y múltiples golpes en la cara y el cuerpo. Así permaneció durante cinco largas horas un pequeño de 11 años que, según su mamá, fue torturado y llevado hasta allí por su hermanastro, la tarde del jueves, en una zona boscosa del barrio San Rafael, de la localidad de Ciudad Bolívar en Bogotá.

Según el relato de la progenitora, “el padrastro y el hermanastro del menor quieren sacarme a las malas de la casa en Arborizadora Alta y luego de varias riñas y altercados, ellos se desquitaron con la brutal golpiza al niño”, dijo ella.

Milagrosamente él se salvó y aunque permanece hospitalizado por los múltiples hematomas en su frágil cuerpo, será dado de alta en los próximos días por los médicos del hospital de Meissen.

Según información de testigos, los lamentos del niño despertaron la curiosidad de los habitantes del sector y cuando se adentraron algunos metros en el bosque, lo vieron allí quejándose de dolor y sufriendo atrapado entre las ramas.

Fue ahí cuando lo ayudaron a bajar y contaron el caso a la Policía que, de inmediato, lo ayudó a llegar hasta su casa donde contó su versión de lo sucedido a la mamá.

Por su parte, horas más tarde (viernes), el hermanastro, sospechoso del brutal ataque, fue capturado luego de haber sido visto por los vecinos merodeando el lugar. Fue llevado a la URI de Tunjuelito y allí desmintió la versión de su madrastra, diciendo que “aunque no me llevaba bien con el niño, jamás le haría daño. Aquí la del problema es ella (la mamá) que sufre de agresividad, esquizofrenia y varios problemas psicológicos que la llevan a culparme por algo que no hice. Ella nunca está pendiente del niño y yo soy inocente”, aseveró Javier Manuel Galindo.

Desde el hospital de Meissen, y a la espera de una cirugía para su hijo agredido, Rosalba Galindo, su mamá, le narró a este diario su versión de lo sucedido.

“Hace varios meses tuve un problema con Javier Manuel (hijastro), y mi niño para que me defendiera de la agresión, me pasó un cuchillo. Desde ese momento comenzaron las amenazas y los intentos por sacarnos de la casa. Ahora se desquita con mi bebé y me lo tortura en el árbol. Por poco y lo mata. En su cuerpecito tiene marcas como de latigazos y una de sus piernas la tiene muy mal por los golpes horribles que le dio. Mi pequeño es juicioso y un buen estudiante. Jamás le haría daño a alguien o me diría mentiras sobre lo que pasó”, relató la triste mamá.

Dos versiones, varios móviles y una única certeza. Un menor más en la ciudad, víctima de una guerra que no debería estar viviendo. 

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