Aunque los anuncios realizados este fin de semana desde La Habana en los que se asegura que a partir de este 20 del julio habrá un notable desescalamiento del conflicto que abrirá las puertas al fin de la negociación que podría terminar con un esperado acuerdo de paz.
Sin embargo, pese a que el anuncio de un cese de hostilidades fue realizado en primer lugar por las Farc, los hostigamientos y atentados contra la fuerza pública y algunas poblaciones no cesan y solo durante este lunes hubo cinco alteraciones en el orden público atribuidas al grupo guerrillero.
A primera hora se reportó que un artefacto explosivo que fue detonado en un CAI de la Policía en Florida (Valle), sobre las 11:00 de la noche del domingo, dejando lesionado a Carlos Bolaños González, un uniformado que se encontraba dentro del lugar en el momento del atentado.
Además, resultaron impactadas 20 viviendas que estaban ubicadas cerca a la estación policial, lo que significa que aunque al parecer las acciones de los subversivos están dirigidas contra la Fuerza Pública, se está afectando indirectamente a la población civil.
Esto debido a que el sábado pasado una estación policial recibió un atentado similar que afectó otras 20 viviendas y dejó a dos menores lesionados.
Horas más tarde se registró un duro combate entre la Fuerza Pública y miembros de las Farc y el ELN en el sur de Bolívar, en la frontera con Santander, que dejó un saldo de tres presuntos guerrilleros abatidos y cuatro policía heridos, de los cuales solo uno tuvo complicaciones y tuvo que ser remitido a Bucaramanga donde se sometió a una cirugía.
De otro lado, en Florencia (Caquetá) esta madrugada, se registró un atentado con dos cargas explosivas en un sitio conocido como 'la curva de gas' a una patrulla de la Policía que, sin embargo, no dejó víctimas.
En el mismo departamento, pero en el municipio La Montañita, donde el viernes fueron asesinados suboficial y un soldado profesional, se presentaron en horas de la mañana hostigamientos en la estación de la Policía.
Sin embargo, gracias a la reacción de los uniformados se pudo contener el ataque, evitando heridos.
Además, en la frontera con Ecuador, miembros del Ejército desactivaron una mina antipersona y un paquete explosivo que estaba ubicado en la base de una de las torres de energía que presta sus servicios a Ipiales, lo que significa que de haber sido derribada, la población nariñense habría quedado a oscuras.
Tras estos hechos las autoridades recordaron a la comunidad la recompensa de hasta 50 millones de pesos que ofrecen por información que permita evitar este tipo de alteraciones o dar con la captura de quienes hayan atentado contra las Fuerzas Armadas o la población civil del país.
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