En lo que se podría considerar como el colmo, este martes se hundió en el Congreso de la República el proyecto de ley por medio del cual se definían sanciones para congresistas y funcionarios que no asistan a las sesiones de Comisión o de Plenaria, porque precisamente no hubo quorum para que fuera votado.
La iniciativa presentada por el senador Luis Alfredo Ramos, con el apoyo de su bancada del Centro Democrático, ya llevaba discutiéndose durante dos sesiones en la Comisión Primera del Senado. La semana anterior luego de que el ponente, el senador Alfredo Rangel, presentara la ponencia, no se logró votar porque se desintegró el número mínimo de asistentes.
Este martes el proyecto estaba como único punto del orden del día, para lo cual se citó a la Comisión a las diez de la mañana, pero en ningún momento se logró contar, en el salón de sesiones, con nueve senadores que es lo mínimo para legislar.
Este proyecto había sido presentado en agosto de 2015 y por disposición del reglamento, debía tener al menos un debate completo antes del 20 de junio de 2016, es decir haber sido discutido y votado en primer debate.
Para el ponente Alfredo Rangel, el proyecto se hundió porque “los congresistas de la Unidad Nacional les interesa los proyectos con los cuales pueden chantajear al Gobierno y sacar mermelada, este es un proyecto de la oposición que castiga la inasistencia y seguramente por esa razón no fue de interés”, dijo.
Rangel insistió en que la bancada de Unidad Nacional no está interesada en que el Congreso se autoreforme en lo que tiene que ver con sanciones más duras y efectivas por la inasistencia, por el ausentismo parlamentario.
“Parece que les gusta sólo registrarse al comienzo de las sesiones y luego irse para la casa a ganarse lo que no han devengado”, sostuvo.
La iniciativa, que según Rangel se retirará y se volverá a presentar después del 20 de julio próximo, establecía sanciones pecunarias efectivas que debían ser impuesta por los presidentes de las comisiones y de la mesa directiva.
Al mismo tiempo, se hacía una publicación semanal de los asentistas para haya una presión social, una sanción moral, como también se llevaban además al Consejo de Estado estas listas para un control más riguroso para el ausentismo.
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