Una carta abierta al Presidente de la República, Juan Manuel Santos, publicó Rodrigo Londoño alias Timochenko, jefe de las Farc, la cual tituló ‘Esperamos sus hechos, Presidente'.
Desde La Habana (Cuba), Timochenko se refirió a la decisión de la Corte Constitucional que abre la puerta para que el Congreso pueda debatir y modificar las propuestas relacionadas con el proceso de paz.
"Por un lado echa al piso el cuerpo de escoltas integrado por excombatientes, y por otro hace lo mismo con el fast track, abriendo las puertas a la modificación por el Congreso del Acuerdo Final. La atribución constitucional del Presidente de la República para concertar acuerdos de paz ha sido hecha trizas, está en cuestión la seriedad del Estado colombiano ante el mundo”, dicta el jefe de la guerrilla en dicha carta.Carta abierta dirigida al presidente Juan Manuel Santos.https://t.co/PMRB36LVj2 pic.twitter.com/9AYFHrGCA8
— Rodrigo Londoño (@TimoFARC) 20 de mayo de 2017
Asegura el jefe máximo de las Farc además que de los 53 años del conflicto colombiano, más de 30 se emplearon en conversaciones de paz.
“Hay un Acuerdo de Terminación del Conflicto, depositado en Suiza y celebrado en los cinco continentes. Que tenga sus detractores en el país no le resta en absoluto el carácter oficial de compromiso formal entre el Estado colombiano y las Farc, reconocido incluso por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, organismo involucrado en su cumplimiento”.
En la carta afirma el jefe máximo de las Farc: “sentimos llegar tiempos de incertidumbre. El gobierno nacional cumple demasiado lentamente su palabra. Los otros poderes titubean o actúan de modo sospechoso en relación con lo acordado”.
SUS 53 AÑOS
También se refirió a los 53 años de la fundación de las Farc en Marquetalia. “Para el 27 de este mes, en cada zona veredal y punto transitorio de normalización, se tienen programados actos político culturales. Danzas, coros, teatro, poesía, discursos, presentación de diversos grupos musicales. La nostalgia enmarca los preparativos, se sabe bien que el próximo año ya no habrá campamentos, ni vida militar, ni convivencia guerrillera, que los homenajes y recordaciones tendrán lugar quizás dónde y en qué condiciones. Ya no será como guerrillas”.
Además, hizo un balance sobre el proceso de dejación definitiva de las armas. “Esta semana fuimos informados desde Nariño, de la dejada a disposición de funcionarios de la ONU, de la primera caleta de armas. 140 armas largas dentro de las que se incluían ametralladoras punto 50 y M60, lanzadores MGL y cerca de 50 morteros anti aéreos. El material fue extraído de la vereda La Variante. Habrá que contar uno a uno los proyectiles que componen las 3 toneladas que acompañaban las armas”.
Todo esto, asegurando que ha generado nostalgia y hasta llanto por parte de los miembros de las Farc, sin dejar de señal, lo que para él, han sido algunos obstáculos en este proceso en el cual se comprometieron al firmar los Acuerdos de La Habana.
“Los de la ONU y la Armada Nacional obraban como si las FARC no contáramos en absoluto. Los planes de operación y seguridad, elaborados conjuntamente en el Mecanismo Local de Monitoreo y Verificación, fueron desconocidos por aquellos, que unilateralmente impusieron su voluntad. El armamento había sido ubicado en una vivienda a orillas del río Patía. Los de la ONU, neciamente, optaron por hacer su helipuerto a dos kilómetros de ahí. Los muchachos y muchachas de las FARC, por entre un tremendo fanguero, cargaron en sus hombros el material hasta allá. Pese a su inconformidad, tenían la orden de depositar todo el material en manos de los de Naciones Unidas. Así lo hicieron, sabían que la seriedad de las FARC estaba de por medio”.
Además, asegura que en medio de este proceso las Naciones Unidas pudieron comprobar la presencia paramilitar en la zona, que llevan como nombre de Nuevas Guerrillas Unidas del Pacífico, al mando de un tal David, producto de bandas armadas que antes eran fuertes en San Sebastián, San Juan, Pital y San Pedro, se crecieron repentinamente, tomándose todos los ríos de la frontera con Ecuador.
“Su presencia es pública en los ríos Chagüí, Rosario y Mejicano, al igual que en los caseríos la Guayacana y Llorente, empatando un corredor con la costa. También en Puerto Rico, frontera con Ecuador. Ya es normal verlos pasearse de civil muy cerca a los campamentos de las zonas, ofertando pagar 10 millones a cada guerrillero que se pase a trabajar con ellos”.
Comentarios ()