Columna


Abusos de un agente (II)

MIGUEL YANCES PEÑA

11 de octubre de 2010 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

11 de octubre de 2010 12:00 AM

El viernes 24 de septiembre quise conocer el estado de avance de la doble calzada a Bayunca por la Cordialidad; algunos proyectos de Vivienda de Interés Social que se desarrollan en la zona, en especial la Ciudadela Bicentenario; y hacer algún comentario en este espacio. El P.T. Carlos Julio del Río Giraldo, placa 00091 se encargó de frustrar esta tarea periodística colocándome el más absurdo de los comparendos que pueda uno imaginar, y cerrándose, librito en mano, a aceptar cualquier tipo de razonamiento sobre la infracción. Como dato curioso, por su fisonomía y acento, no era oriundo de la costa. Resulta que la doble calzada está sin terminar y abandonada: no se ven trabajadores en la vía; los pocos separadores de calzadas son naturales (vegetación); en muchas partes no existe ninguno; y en la entrada a las urbanizaciones La India y Colombiatón, hay rellenos que permiten cruzar e ingresar a ellas desde la calzada opuesta. No hay ninguna señal prohibiéndolo, ni ningún obstáculo (angelitos, parales, o cintas reflectoras) impidiéndolo. Todo indica que esos son los sitios construidos para ingresar: lo hacen todos (hay fotos) y así lo hice. Me sorprendí cuando un policía bajo el mando del P.T. Carlos Julio del Río Giraldo, placa 00091, guarnecido del sol en el paradero a la entrada de Colombiatón, me ordenó detenerme, y tras pedirme papeles, empezó a asumir vencimientos imaginarios. Se llevó un chasco porque en eso tengo mucho cuidado desde que un uniformado importado, hace muchos años, me colocó multas cercanas al millón de pesos, y me inmovilizó tres días (un puente festivo) el vehículo, por infracciones menores y algunos días de vencimiento del SOAT; a pesar de que me ofrecí adquirirlo en una bomba cercana. Pero resultó que el cruce que yo había hecho, “según ellos” no estaba permitido, aunque nada, ni el sentido común lo indicaba así: la vía esta sin terminar, no hay señales, y de esos cruces hay muchos en las dobles calzadas de la ciudad. Para citar un ejemplo: en la avenida Santander, con mayor tráfico, se permiten cruces a Marbella, el Cabrero y Crespo. Pero para no discutir lo que se ignora (desconozco la vía, porque es nueva, está sin terminar y no tiene señalización), ¿por qué los policías al mando del P.T. Del Río Giraldo, en lugar de estar guarnecidos del sol en el paradero, no estaban evitando que la infracción se cometiera? ¿No se le ha ocurrido a nadie -para no asolear a los agentes importados- colocar señalización u obstáculos, y/o multar al concesionario que es quien debe colocarlos? ¿O será un asunto de venganza (odio regional, o de clase) creer que quien tiene un modesto carrito puede botar quinientos, o más miles de pesos, en multas? En la vía de Transcaribe siempre hay trabajadores y agentes, esos si “de aquí”, indicándonos amablemente como desplazarnos. Total que me quedé sin poder palpar la situación actual de los proyectos urbanísticos de interés social (y con miedo); sin escribir la columna que debería ocupar este espacio, y con un saldo en rojo en mi presupuesto familiar. Aspiro a que la Dra. Serje, por lo joven, no haya sido contaminada por el principio de que con los subalternos es “mejor amigos que enemigos”, y revise la sanción. *Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe myances@msn.com

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