Columna


Al oído del alcalde de Montería

ADOLFO GÓMEZ AGÁMEZ

14 de enero de 2011 12:00 AM

ADOLFO GÓMEZ AGÁMEZ

14 de enero de 2011 12:00 AM

Prometo a mis lectores que la próxima semana me dedicaré nuevamente a los temas dermatológicos, que tienen como fin promover la educación a la comunidad, sobre las enfermedades de la piel que más molestan cuando se padecen.Hoy, quiero escribir sobre Montería y su nueva imagen, porque, es injusto no reconocer el cambio que ha tenido la ciudad y todo por la acción ejecutiva de su último alcalde.
Hagamos primero algo de historia, cuando en 1983 me establecí en Montería, como médico para ejercer la dermatología, muchas de las calles eran de tierra y eran muy pocas las que estaban pavimentadas, los tanques y las totumas, formaban parte de los utensilios del baño, porque el servicio de agua era ineficiente lo mismo que el de la luz y el teléfono, que recuerdo, era de cuatro números y, estaban prácticamente, interconectados, porque se escuchaban las conversaciones de todos y entre todos y si llovía, los servicios dejaban de existir, teniéndose que convivir con moscas, mosquitos y calor, es decir, los servicios primarios, todos, eran muy deficientes, situación que nos hacía calificar de pueblerinos, corronchos, etc. por los citadinos de las otras capitales.
Así pues, llegaron jóvenes Monterianos, graduados en diferentes universidades y con un alto sentido visionario le apostaron al cambio de la Montería-Pueblo a la Montería-Ciudad y que viendo la llegada de los Char de Barranquilla, con las tiendas Olímpicas y el Magali Paris de Cartagena, se atrevieron a construir centros comerciales, como Alamedas y otras obras de gran envergadura, como universidades, clínicas, etc. que le han dado a esta ciudad respeto y el nombre nuevo de Ciudad.
Pero, toda ciudad necesita de gobernantes que la planifiquen y proyecten para el futuro y somos testigos de la acción de algunos gobernadores y alcaldes, claro que no todos tienen buena calificación, que le apostaron a la represa de Urra, han pavimentado las vías, han hecho parques, contratos con multinacionales para mejorar los servicios de luz, agua y telefonía, etc., y hemos visto la metamorfosis paulatina hasta llegar a la ciudad actual, orgullo de todos los residentes, con el parque lineal más grande del mundo, la bella Montería, orgullo del Sinú.
Por todo lo anterior y como ciudadano común y corriente invito a todos los Monterianos a cuidar nuestra ciudad, pero, principalmente a nuestros gobernantes y especialmente al Alcalde y a su oído le digo, que después de haber ejecutado unas obras importantes como la calle 27, la ronda del Sinú (Norte) entre otras, no permita que contratistas inescrupulosos, las rompan con sus taladros las placas de pavimento, dejando posteriormente, un mosaico de parches de mala calidad que llevan, por su corta vida, a la formación de huecos y a la destrucción de lo construido. Así sea y si no que San Jerónimo nos libre de los charcos.

*Dermatólogo

a_gomezagamez@hotmail.com
 

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