En columnas anteriores destaqué la problemática compleja de la ciudad, en sus raíces (pobreza, informalidad, pobre capital humano y social) y en sus manifestaciones (círculos viciosos indolencia-insolencia en contaminación, in-seguridad, in-movilidad); y en sus consecuencias para sus habitantes, entre las cuales destacaré dos: inseguridad y contaminación por basuras.
Oímos mucho de los atracos y desmanes de pandillas en los barrios, y padecemos conductas violentas y maniobras suicidas de hordas de mototaxis (que patean un automóvil si les disgusta que se les pite) que hacen que este problema exceda la movilidad y sea parte de la inseguridad; pero no nos toca en la zona histórica y turística sino cuando matan a alguien en el Centro o hay un atraco. El domingo me toco a mí el turno entre mis compañeros ciclistas que salimos al norte. Tan impactante como resulta que lo tiren a uno al piso y lo arrastren con un revolver en la cara a un paso de los edificios de los Morros es que los atracadores tengan 15 años y que estén perfectamente identificados: una persecución policial diligente estableció con la colaboración de vecinos que los vieron que se trataba de Maquia y Guarapo, parte de una amenaza también para los habitantes de la Boquilla. El circulo vicioso insolencia-indolencia involucra en este caso no a la autoridad policial que está sobrepasada por la delincuencia juvenil sino a la judicial que o bien no tiene los instrumentos legales o bien no los usa para una solución. ¿Qué será de esta ciudad cuando estos cientos de jóvenes que a los 15 atracan con un revólver, tengan mañana 25 anos con 10 más de escuela en esos semilleros de delincuencia (porque no son judicializados por los jueces de menores) y ya no tengan reparo en usarlo para hacerse a una bicicleta?
Pasando a la contaminación por basuras, vecino al mercado de Santa Rita está el Hogar San José de las Hermanas de la Caridad de la Madre Teresa, en donde ellas cuidan varias docenas de personas mayores. Lamentablemente los comerciantes del mercado tomaron los andenes del Hogar como basurero, a lo cual se suma que el servicio del aseo pasa y no recoge la gran cantidad de alimentos descompuestos esparcidos. Además de ser otro caso de la contaminación por basuras en Cartagena que ilustra el mencionado circulo vicioso insolencia del ciudadano, indolencia gubernamental en lo ambiental, es también algo más grave: tanta basura descompuesta crea un cultivo de insectos y gérmenes que son un riesgo para personas que por su edad y condición de salud resultan más vulnerables.
Las raíces del primer problema, la delincuencia juvenil, son de una complejidad que hace muy difícil implementar mecanismos de solución, pues se trata desde las raíces económicas de la descomposición social y la criminalización de sectores marginados hasta las complicaciones de un sistema judicial y correccional para menores. Aunque sea debatible para algunos, los instrumentos de la lucha contra la pobreza (como la Política de Inclusión Productiva) son muy relevantes en situaciones extremas como esta de desempleo, informalidad y pobreza. En particular, como también en el del manejo desconsiderado de las basuras, educación, a la cual volvemos siempre, también en el respeto por los demás y sus derechos.
*Grupo de Desarrollo Económico y Globalización UAM
rchica@unitecnologica.edu.co
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