Columna


Alcalde para nuevas circunstancias

ALBERTO ARAÚJO MERLANO

25 de junio de 2011 12:00 AM

ALBERTO ARAÚJO MERLANO

25 de junio de 2011 12:00 AM

Apoyamos sin reserva la elección de Judith Pinedo. Me siento complacido con lo que lleva realizado, ante todo, con su entrega total y la transparencia de su gestión. Con los maravillosos avances en el campo social: en educación, en  salud pública, en cultura ciudadana, en recuperación del espacio público, en el celo por los avances de Transcaribe, en calles bien pavimentadas en los barrios populares y en la subida a La Popa.
Consiguió enormes aportes del Gobierno nacional para obras esenciales como las dobles calzadas, los megacolegios y para la ciudad del Bicentenario, entre muchas más.
Cuando una funcionaria pública se luce de esa manera hay que aplaudir su gestión, apoyarla, empujarla en su carrera ascendente para que mañana le siga sirviendo a la ciudad y al país desde posiciones más altas.
Me duele en el alma cuando se le ataca, se le demanda, se le calumnia por el dolor de que lo esté haciendo bien.
Quizás una de las más urgentes modificaciones en nuestro comportamiento ciudadano es la de aprender a ser solidarios con los triunfadores, a reconocerles sus aciertos, a ayudarlos a seguir ascendiendo.
El sucesor o sucesora de Judith en la Alcaldía encontrará mucho camino bien andado que requerirá consolidarse. Seguir construyendo sobre lo que se ha hecho bien pero, además, encontrará los mayores desafíos para atender las necesidades crecientes de una ciudad que se encuentra en el apogeo de su progreso. En el mejor momento de su historia.
Hoy por hoy, la Alcaldía Distrital es el más importante cargo público o privado de la ciudad. El presupuesto distrital supera el billón de pesos anuales y seguirá subiendo a medida que la ciudad progresa.
Tenemos que llevar los servicios públicos a todos los barrios. Tenemos que culminar la edificación de las 25 mil casas de la ciudad del Bicentenario. Tenemos que acometer las obras de dragado y limpieza de la Ciénaga de la Virgen y de los caños de la ciudad para hacerlos navegables. Tenemos que dragar el Canal del Varadero y hacer las obras del Canal del Dique. Tenemos que realizar la avenida del Bicentenario desde Comfenalco en Crespo hasta Castillogrande, pasando por El Laguito. Tenemos que civilizar las playas y crear múltiples marinas. Tenemos que construir la Central de Abastos. Tenemos que desarrollar las urbanizaciones de Barú y Tierrabomba. Tenemos que recibir dignamente a los presidentes de América en la Cumbre Presidencial. Tenemos que atraer grandes inversionistas tanto nacionales como internacionales para que desde nuestra bahía exporten sus productos al mundo entero. Tenemos…;
En fin, tenemos que poner a Cartagena entre las 3 ciudades mejores y más importantes  de Colombia por su nueva capacidad portuaria, cultural, empresarial, turística y urbanística.
Hay muchos aspirantes de buena voluntad para ocupar ese cargo; pero para desempeñarlo bien, a la altura de las nuevas circunstancias, se requiere, además de buena voluntad, integridad, inteligencia, experiencia, liderazgo y capacidad gerencial.
Que los cartageneros de todos los estratos tengan conciencia clara de la trascendencia del momento que vive la ciudad y de cómo una buena gestión desde la Alcaldía puede significar un mejoramiento sustancial en el nivel de vida de cada familia.

talarame@hotmail.com

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