El Papa Benedicto XVI nos convocó al Año de la Fe, a partir de octubre, que ya empezamos a preparar para despertar más la alegría y el entusiasmo por renovar nuestro encuentro con Jesucristo, como camino para llegar al Padre y con el amor del Espíritu Santo. ¡Qué gran oportunidad nos da nuestra Iglesia de recordar, repasar, fortalecer y renovar nuestra fe de manera individual y colectiva para comprender mejor su sentido y hacerla vida en nuestro quehacer diario!
Un instrumento que nos anima el Papa a utilizar este año es el Catecismo de la Iglesia Católica, editado durante el Papado de Juan Pablo II y en el que se recuenta todo lo que creemos, las razones para hacerlo y cómo volverlo vida interior y comunitaria, en la vida de familia, en el trabajo y en la vida de la sociedad.
Con la lectura meditada del Catecismo, repasamos nuestra fe, cada aparte de nuestro Credo, como celebramos la fe en los Sacramentos, el decálogo de los Mandamientos aplicados a la vida, la oración cristiana, profundizando en el Padrenuestro. Es un libro fascinante e interesante, hasta como cultura general, y su lenguaje es agradable y didáctico. Enlaza la fe con la vida cotidiana. Incluye citas de escritos, testimonios o discursos de grandes sabios y santos de la historia de los 20 siglos de la Iglesia.
El Catecismo nos ayuda a comprender las Sagradas Escrituras, 73 libros humanos pero inspirados por Dios, en los que de maneras diversas, en contextos diferentes, nos muestra cómo Dios acompaña a la humanidad y a cada persona en el perfeccionamiento de su alma. Nos revelan a un Dios que ama, que es amor y misericordia, y que nos invita a la felicidad plena. Cuando el ser humano estaba más lejos de Él, nos envió a su Hijo para reconciliarnos, haciéndose camino para elevarnos a hijos herederos de la gloria eterna. Forma él mismo una Iglesia universal, en la que promete no prevalecerá el mal, porque Jesucristo es su cabeza y se irá purificando con la ayuda del Espíritu Santo, hasta la consumación de los tiempos.
El Catecismo nos ayuda a profundizar sobre nuestras creencias. Ayuda a formar criterio sobre los desafíos de la vida moderna frente a la fe y cómo responderlos de manera cristiana, fortaleciendo nuestros valores y siendo fieles a sus Leyes de amor.
En la carta apostólica “Porta Fidei” nos dice el Papa que la puerta de la fe está siempre abierta para todos. Se inicia con el bautismo y continúa durante toda la vida hasta llegar a la muerte, que es el paso a la resurrección, para vivir a plenitud con Dios en su Reino. Abrimos la puerta cuando escuchamos la Palabra de Dios y nos abrimos a la gracia que nos va transformando el corazón, invitándonos a una conversión con la remisión de nuestros pecados. La fe solo se fortalece creyendo. Entregando libremente el corazón al amor de Dios.
Aprovechemos este año para establecer una relación más próxima con Jesús y conocer mejor nuestra fe, para que pongamos todo nuestro ser, corazón, inteligencia y voluntad al servicio de Dios y podamos ser eficaces en la edificación de la civilización del amor.
*Economista, orientadora familiar y coach personal y empresarial.
judithdepaniza@yahoo.com
NOTICIAS RECOMENDADAS
Comentarios ()