Columna


Anuncios de Piedad

EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ

19 de julio de 2011 12:00 AM

EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ

19 de julio de 2011 12:00 AM

El presidente Santos, con muy buenas razones, ha dicho que sólo se abrirán las puertas de la paz o del diálogo para llegar a ella, cuando los subversivos den pruebas fehacientes de querer pactarla sinceramente. Y esas pruebas tienen que ver con la liberación de todos los secuestrados, de que cesen los ataques a la población civil, el reclutamiento de niños, que no se utilicen armas prohibidas en la guerra, como las minas quiebrapatas, Esto es, que se tengan en cuenta las reglas imperativas del DIH que también los obliga, y cuyo acatamiento debe servir de premisa, precisamente, para iniciar cualquier proceso de paz, como tantas veces lo hemos repetido en esta columna de opinión.
Habrá que decir que el gobierno legítimo, al hacer esas exigencias, deberá garantizar que las fuerzas regulares de la Nación actúen con apego a esas mismas reglas humanitarias consagradas en nuestra Constitución y en los Convenios internacionales, las cuales, con algunas excepciones- como la de los “falsos positivos”-, se han venido cumpliendo dentro del marco de sus actuaciones en nuestro conflicto interno.
Al parecer, el acorralamiento de la guerrilla, si uno se atiene a las informaciones oficiales, y los ataques a poblaciones en el Cauca por parte de la guerrilla, como repuesta al acoso del ejército contra Alfonso Cano, han puesto a pensar al Secretariado de las Farc en que debe hacer algo con sentido mediático y de cara a la opinión pública.
Dentro de esa perspectiva, los anuncios de Piedad, a quien siempre he considerado como una sincera misionera de la Paz, merecen una lectura apropiada, especialmente en cuanto a que ella espera que la liberación de los secuestrados (¿de todos o de unos pocos?), “sea el comienzo de la posibilidad de unos acuerdos para una negociación política del conflicto”.
Con todo, la entrega a cuanta gotas de los militares secuestrados o retenidos, así llene d alegría los familiares de las víctimas, no es prueba de voluntad de paz propiamente dicho. Apenas se le puede considerar como parte de una estrategia de carácter mediático, pero no más allá.
El verdadero paso para la paz, es firmar un acuerdo para aplicar el DIH. Ese debe ser el planteamiento concreto del gobierno a las Farc. Abrir un proceso de negociaciones sin esa condición, sería, otra vez, repetir los errores del pasado. Y en esa dirección, Piedad, nuestra admirada Piedad, debería enderezar sus buenos oficios. Y esperamos que Alfonso Cano entienda también que ese es el camino correcto.

*Ex congresista, ex ministro, ex embajador.

emundolopezg@hotmail.com
 

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