Columna


Barú: con desconfianza, sin transparencia

JAIME ALBERTO RESTREPO CARVAJAL

05 de diciembre de 2010 12:00 AM

JAIME ALBERTO RESTREPO CARVAJAL

05 de diciembre de 2010 12:00 AM

Los habitantes del pueblo de Barú viven aislados por el cierre de “Playetas”; transportan sus víveres, materiales y enfermos por agua: soportan el costo de vida más alto de la región. La semana pasada creyeron tener un bálsamo cuando, por fin, llegaron equipos del concesionario de la vía (Cicón), tras meses de parálisis en ese sector.


En pocas horas, la maquinaría rellenó algo la ciénaga, retiró basura de la playa, regó la arena y dejó transitable el paso. Fue un “falso positivo”: querían que una planta eléctrica enorme para la finca del dueño de la concesión no se atollara. Horas después, “Playetas” se cerró de nuevo y todo volvió a la “normalidad”: Barú sigue aislado.
Este episodio banal hace parte de una cadena interminable de afrentas del concesionario con la comunidad que ya rebozó la copa de nativos, propietarios y el Distrito. Los 4 Directores de Valorización que lleva esta Administración (¿por qué tantos?) no han querido meter en cintura al concesionario; al contrario han sido dadivosos al firmar varios otrosí que premian la contraparte.
Poco o nada ha sido cristalino en los 32 Km adjudicados por Curi “a dedo”, sin planos, ni licencia ambiental, en $32.746 millones (Dic/05), con la “ñapa” de un anticipo al concesionario de $5.000 millones, 2 años antes de elaborar los planos definitivos que duplicaron el valor (“ajustado” a la brava en $55.000 millones). El valor final será mucho mayor si terminan algún día.
Cuanto más serios son los reclamos de propietarios, mas displicente y arrogante es la firma constructora de marras. Extraña actitud, siendo uno de los 5 concesionarios más privilegiados de Colombia, según la Revista Semana.
Los más perjudicados son los habitantes de Ararca, Santa Ana y Barú. Desde el inicio les prometieron empezar en esos cascos urbanos y no les cumplieron. Las inundaciones y el barro despertaron la violencia; y los buses del Hotel Decameron pagaron los “vidrios rotos”.
La vía por Abocol y La Clay hacia el ferry, que pagarán empresas de Mamonal, está totalmente abandonada por el concesionario; igual ocurre en el acceso insular: un barrial imposible. Muchos vehículos tienen que pagar 50% más por el servicio de ferry y recorrer 1.600 metros más en el Dique, hasta el nuevo cruce.
Los reportes del Interventor (Afa Constructores), sesgados a favor del contratista al principio, revelan ahora otra realidad: hay un atraso infame con muy baja calidad de obra. A la última reunión en Valorización (25 Nov/10), con representantes de la comunidad y propietarios, el Concesionario, fiel a su estilo provocador, se excusó “por estar preparando una boda”. ¿Prefería no dar la cara al informe dramático del Interventor?: Aún cuando el recaudo del 20% es normal dado que hay 5 años para pagar, los dineros se llevan a una Fiducia que el concesionario ha querido manejar a su antojo. El avance del contrato, luego de 4 años, es apenas 18% y ¡el plazo vence Sep/11! Con razón la mayoría pidió terminarlo.
El Ministro de Transporte Germán Cardona dijo a El Tiempo que hay 22 grandes concesiones nacionales en Colombia y “en todas las 22 tenemos problemas”. Las concesiones territoriales pequeñas tienen iguales o peores irregularidades. Los únicos indicadores que se han cumplido al 100% en la de Barú son: la desconfianza y la falta de trasparencia.

*Ing. Civil y MBA, Directivo Empresarial

restrepojaimea@gmail.com

 


 

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