Columna


Brasil, segunda vuelta

DARÍO MORÓN DÍAZ

09 de octubre de 2010 12:00 AM

DARÍO MORÓN DÍAZ

09 de octubre de 2010 12:00 AM

Los brasileños irán a una segunda vuelta el 31 de octubre para escoger el sucesor de Luis Inácio Lula Da Silva. Ese evento parece ser la repetición del anterior en el 2002, cuando triunfó Lula ante José Serra. Los protagonistas están claramente definidos: Dilma Rousseff representa al Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, que de ser elegida, será la sucesora de la política exitosa del mandatario; Jose Serra, del Partido Social Democrático de Brasil (PSDB), derrotado en el 2002 en segunda vuelta por Lula; y la candidata Marina Silva, del Partido Verde (PV), por fuera de la segunda vuelta, servirá para mover el fiel de la balanza con sus seguidores el 31 de octubre. Vale la pena analizar, en forma somera, por qué se anticipa el triunfo de Dilma Rousseff como sucesora de Lula, lo cual resulta fácil de prever debido al exitoso trasegar del partido de gobierno en estos dos períodos. El mandatario brasileño termina su mandato con una popularidad por encima del 80 por ciento, solo comparable con la de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet. Brasil se ha posicionado entre las diez potencias del mundo en razón de una política económica sana y de contera impulsando una política exterior que lo convirtió en el líder latinoamericano de más prestigio. En el campo interno su política social contra el hambre y la pobreza no tiene parangón en Suramérica, creemos que tampoco en el mundo. Lula tuvo la habilidad de priorizar en su agenda política la lucha por la igualdad racial, por la emancipación femenina, por los derechos humanos y por un medio ambiente equilibrado. Brasil es el eje de la Amazonia y Lula fue artífice de la defensa sin timideces de esa zona vital para Suramérica y el mundo. Debemos resaltar que Lula protegió sin esguinces los derechos humanos a pesar del ataque soterrado de los sectores más conservadores del Brasil. Amplió la participación popular con un criterio democrático sin igual en relación con los gobernantes anteriores. Él fue el motor de la democracia participativa, lo que la fortaleció en Brasil. El proyecto del (PT) de Lula y de Dilma Rousseff va más allá de lo logrado, por ello el compromiso del mandatario saliente en su empeño de sacar adelante a su ex ministra como nueva mandataria de Brasil. Ambos líderes consideran que aún hay mucho por hacer. En el programa de gobierno de Dilma se insistirá en combatir aún más la desigualdad, promover la revolución en la educación que se inició con Lula; también es prioritario asegurar el desarrollo sostenible. Un crecimiento económico a tasas altas no lo consideran como el final, sino como el incentivo para aumentarlo. Pretenden mejorar la situación urbana en las regiones y ciudades fuera de las grandes metrópolis. En fin, es el deseo y compromiso de compartir la prosperidad con amplio sentido social, eliminando las inequidades. Debido al éxito del mandato del presidente Luis Inácio “Lula” Da Silva en el papel de líder en su país, por su inteligente política exterior, que no creó barreras, ni aceptó imposiciones externas, al proyecto lo respaldan los brasileros, que de seguro elegirán su mejor opción el 31 de octubre, que no es otra que la de Dilma Rousseff como presidente. *Médico Cardiólogo. Ex Director de El Universal. Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, de la de Cartagena y de la de Historia. MOROND@telecom.com.co

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