Columna


¿Brechas educativas entre géneros?

CAROLINA CÁRCAMO VERGARA

08 de junio de 2012 12:00 AM

CAROLINA CÁRCAMO VERGARA

08 de junio de 2012 12:00 AM

En Colombia los hombres y las mujeres tenemos iguales derechos para acceder a la educación. Preocupa, sin embargo, que en las pruebas SABER-5 y SABER-9, que miden las competencias académicas de estudiantes, las mujeres tienen un desempeño inferior al de los hombres en la mayoría de los componentes evaluados.
El desempeño académico tiende a estar correlacionado con el éxito en el mercado laboral. Las personas con más años de estudio y buen rendimiento académico generalmente logran mejores salarios en el trabajo. Por lo tanto, las brechas académicas conducen a brechas laborales y salariales entre hombres y mujeres. Si bien las mujeres en Colombia presentan salarios mucho menores que los hombres, esta brecha es más pronunciada en la población menos educada, lo cual se riñe con el logro de una sociedad más justa. 
Los estudiosos han sugerido diversas explicaciones de por qué existe una brecha en el desempeño académico entre hombres y mujeres. Algunos piensan que se debe a diferencias por sexo en las capacidades cognitivas. Otros aluden al coeficiente intelectual. Y todavía otros piensan que un factor de importancia es el formato que se utiliza en los exámenes de Estado. Sin embargo, ese ha encontrado que estos factores solo explican una pequeña parte del problema.  Por esta razón hay un creciente interés en estudiar las construcciones culturales sobre las normas de rendimiento académico esperadas para las mujeres y para los hombres en las pruebas de matemáticas y lenguaje.
La localización geográfica es uno de los factores más importantes para explicar la brecha entre hombres y mujeres. En Colombia las diferencias en el rendimiento por género en los componentes de lenguaje y matemáticas no son homogéneas, pues varían entre regiones, municipios y departamentos del país. Específicamente, en el componente de matemáticas la brecha entre sexos es mayor en el interior del país (Bogotá y las regiones oriental y occidental) y en departamentos de la Costa Pacífica, como Nariño y Valle. En lenguaje, la brecha más alta se observa en la región Caribe, incluyendo San Andrés.
Estas diferencias regionales pueden indicar la presencia de factores culturales que favorecen el aumento o la disminución de tales disparidades. Los estereotipos de pares, profesores y familias en el desempeño pueden afectar la ansiedad y la seguridad percibida de los niños, situación que se refleja en su rendimiento. Es pertinente revisar los estereotipos de cada región que podrían influenciar el desempeño de niños y niñas en las pruebas de Estado, sobre todo cuando tradicionalmente en nuestra cultura se ha puesto a la mujer en posición de desventaja frente al hombre.
No hay duda de que cuando se mejora la formación de hombres y mujeres se contribuye al crecimiento y el desarrollo de los individuos, de la sociedad y del país. La equidad de género es un objetivo fundamental del desarrollo, reconocida hoy como una meta de política económica y social en todo el mundo. Al disminuir las brechas educativas entre hombres y mujeres se pueden elevar tanto la productividad laboral como el desarrollo y la movilidad social de las generaciones futuras –hombres y mujeres iguales en el derecho y en la práctica.

*Profesora del Programa de Psicología de la UTB. 

ccarcamo@unitecnologica.edu.co

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