Columna


Caminos de herradura

JOSÉ FÉLIX LAFAURIE RIVERA

24 de octubre de 2010 12:00 AM

JOSÉ FÉLIX LAFAURIE RIVERA

24 de octubre de 2010 12:00 AM

La lluvia ha vuelto a mostrar el estado pésimo de las vías terciarias, una red de trochas con huecos, derrumbes y lodazales intransitables. Los nuestros son caminos de herradura. Estamos rezagados 50 años, impidiendo que el sector rural se desarrolle, como piden algunos analistas que desconocen las dificultades para llevar la producción del agro a los mercados, simplemente con la propuesta equivocada de bajar los aranceles. Una mirada más a fondo para exigir competitividad al sector rural, debe reconocer la falta de carreteras. ¿Seremos capaces de formular una propuesta, de la mano del Ministro Cardona, para que en 4 años demos el salto cualitativo? Esa parece ser, después de la Seguridad Democrática de Uribe, la prioridad del sector rural en la administración Santos. Las emergencias se han hecho sentir, especialmente cerca a los ríos Magdalena, Cauca, Sinú, San Jorge o Manzanares, que anegaron las “vías agropecuarias para el desarrollo”. Nadie pregunta cuánto cuesta este desastre, quizá porque las erogaciones salen de los bolsillos de quienes lo padecen. Campesinos que pierden sus cosechas o como en el caso de los productores de leche, con los sobrecostos y descuentos en el pago que hace el industrial al ganadero, que se suma a la gravosa baja de precios en invierno. Ahora, cuando se discute la restitución de tierras a las víctimas, me pregunto cuál es la política para garantizar –a los que retornen y a los que han permanecido en los campos– condiciones productivas y competitividad. La “accesibilidad” es un derecho básico, pero no sólo con beneficios en una vía. Es decir, exclusivamente para llevar alimentos y materias primas a las ciudades. Debe ser el canal para romper las brechas urbano-rural y las asimetrías del desarrollo regional. La accesibilidad debe reducir la pobreza y la vulnerabilidad logística de los habitantes rurales; llevar la institucionalidad pública al medio rural; asegurar la comercialización de la producción en tiempos y costos razonables, y garantizar su integración a las economías de escala; y con beneficios inmediatos en competitividad, asistencia social, empleo digno y formación de capital. En Portugal, Alemania y Hungría, programas masivos de inversión en infraestructura vial aceleraron el desarrollo y crecimiento económico. Brasil, Argentina, Costa Rica o Chile –con densidad de vías pavimentadas por millón de habitantes, muy superior a la nuestra–tienen liderazgos en la región. ¿Cuál sería el impacto de la adecuación de las redes secundarias y terciarias, que representan el 80% del total de las vías del país? Son más de 120 mil kilómetros en mal estado, incluso sin inventariar, que según el Ministro requieren $500.000 millones. Se necesitan esfuerzos estratégicos, técnicos y financieros extraordinarios. Esa tarea no se puede diluir en el discurso de las restricciones fiscales. Necesitamos un modelo que obligue a las administraciones locales a crear fondos viales, destinar recursos de las regalías para este fin, y la decisión política para una planeación rural coherente. Tengo la certeza de que con el apoyo del Ministro, los ganaderos podemos estructurar una propuesta donde todos pongamos: gobierno, entes territoriales y productores, para que gane el país. Lo intentaremos. *Presidente Ejecutivo de FEDEGÁN jflafaurie@yahoo.com

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