Columna


Candidatos y liderazgo

ÓSCAR COLLAZOS

20 de octubre de 2012 12:00 AM

ÓSCAR COLLAZOS

20 de octubre de 2012 12:00 AM

Lo que se ha visto en la presente crisis es que a Cartagena le sobran candidatos y le faltan liderazgos. Y este es un déficit catastrófico para cualquier ciudad. Un liderazgo es algo que se sostiene en el tiempo, que establece un vínculo duradero con la comunidad; un candidato es alguien que se busca en cualquier parte, hasta entre escritores que jamás hemos pretendido ser candidatos de nada.
Es tal la crisis, que la ASI -el partido que le dio el aval a Campo Elías Terán (con dos concejales que no suman los 5 mil votos)- prepara un Plan B con una lista tan folclórica, que figuramos en ella Juan Gossaín y yo, además de la politóloga Socorro Ramírez. Hay otros en la lista, pero si usted recorre la ciudad y pronuncia sus nombres, seguro que le van a preguntar: ¿cómo dijo que se llama ese man?
Campo Elías Terán cometió el error de confundir popularidad mediática con liderazgo. Se lo advertimos a tiempo y amablemente pero pensó que ser popular en la radio bastaba para lanzar y ganar una candidatura. Hoy, desde el fondo de su conciencia, debe pensar que ese fue el más grande error de su vida. Y no sólo porque no supiera de gestión pública, sino porque se rodeó de quienes sabían más de contratos y alianzas non-sanctas que de administración pública.
La Alianza Social Independiente (en un abrir y cerrar de ojos dejó de ser indígena, como si le avergonzara serlo), codeudora de la candidatura del alcalde, no encuentra alguien de peso que la represente por la sencilla razón de que es un partido político recién nacido de profesionales de la política que saben cómo ganar unos cuantos votos pero no cómo enfrentar una crisis de gobernabilidad como la que vive Cartagena.
El presidente Santos debe de saberlo. Si la juega con la intención de impedir el gol que le meterían a la ciudad en lo que queda de este año, rechazando la terna sin representatividad real que le presentarán, el presidente o su ministro de Gobierno deberían dejar al actual alcalde encargado. Sea como sea, Cartagena ya perdió el año. Se trata de no perder más.
En la ciudad pasa algo muy curioso: cuando no se encuentran candidatos entre los profesionales de la política, se los busca entre los empresarios. Un disparate. A menos que se trate de “empresarios” formados a la sombra de la política (¡los hay!), no es conveniente que los buenos empresarios gobiernen tomándose vacaciones de sus verdaderos negocios.
Hay liderazgos que nacen y maduran entre la clase política. No lo niego. Pero en esa misma clase política, a medida que se acumula experiencia, deberían acumularse principios de ética pública, eficiencia en el manejo de la administración y confianza entre los ciudadanos. Los ciudadanos no podemos confiar en quien no conocemos ni nos ha probado que nos representa.
Cartagena enfrenta una crisis mayor. Lo revelan, por ejemplo, las encuestas de Cartagena cómo vamos. La baja participación ciudadana, el patético sentido de solidaridad comunitaria, expone a los ciudadanos a la manipulación de los políticos. A la manipulación o al envilecimiento de su derecho a elegir libre y honradamente.

*Escritor

collazos_oscar@yahoo.es

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