Durante todo el mes de mayo el concejo distrital discutió intensamente con los secretarios de despacho el plan de desarrollo presentado por el actual alcalde. Según las cifras contempladas en dicho plan y en otras fuentes oficiales, los indicadores sociales y económicos de la ciudad son profundamente alarmantes, veamos:
POBREZA: en Cartagena más de 330 mil personas sobreviven con dos dólares diarios y 59 mil con un dólar o menos al día,
VIVIENDA: el déficit habitacional supera las 80 mil viviendas. Según CAMACOL, a partir del 2015 la demanda de vivienda amentará en razón de 14 mil nuevas unidades cada año y en el cuatrienio del actual alcalde se aspira a construir 7.000. De acuerdo con el Agustín Codazzi, el 0,07% de los propietarios (de Cartagena) son dueños de más de 1 millon 383 mil metros cuadrados, con propiedades que sobrepasan los 20 mil m2 por persona, lo que muestra una gran concentración de la tierra.
EDUCACION: la deserción escolar es de 40,7% en la zona urbana y en la rural es de 61.8%, es decir, que de 100 estudiantes en la zona urbana terminan 60 la secundaria y en la rural menos de 40 niños.
SALUD: más de 130 mil cartageneros no tienen cobertura en salud, y por lo menos 500 mil se encuentran sisbenizados, lo que es señal de una baja participación de personas en el contributivo. Lo anterior es un ejemplo negativo a nivel nacional de los efectos de la llamada ley 100 de privatización, como consecuencia de la corrupción y el desgreño económico.
EMPLEO: con una población económica activa de 355 mil personas, mas de 206 mil están en la fila de la informalidad, lo que significa que las 2/3 partes que trabajan están en la economía del rebusque, sin un salario mínimo, sin prestaciones sociales y sin seguridad social.
INDICE DE GINI: mientras que en 1995 este índice estaba en el 0,38% en Cartagena, en 2011 se ubicó en el 0,48,9%, esto significa que en estos últimos 16 años la desigualdad aumentó más del 10%. La riqueza se ha concentrado aún más en pocas manos, lo que significa que los pobres son hoy más pobres mientras que una minoría es más rica que nunca.
Esta es la dramática realidad social de Cartagena. Lo que nos permite concluir que el modelo de desarrollo que se ha implementado durante los últimos 18 años ha fracasado. El plan de desarrollo de Campo Elías Terán no es más que una continuación de los anteriores planes.
Los problemas de la ciudad son estructurales y requieren de políticas y programas estructurales, y por eso el plan que puso a consideración el gobierno distrital no resolverá ninguna de las problemáticas sociales expuestas arriba. Se limita única y exclusivamente a mitigar, no a resolver. Por ejemplo, los máximos objetivos del plan de desarrollo son que en el 2015 pasemos de 330 mil pobres a 280 mil y que la tasa de ocupación que está en el 54%, según el gobierno, llegue al 57%. Como se podrá observar, es, por decir lo menos, una política con unos objetivos pírricos.
Los habitantes de Cartagena merecemos una mejor ciudad, donde el empleo sea digno y se nos garantice que la educación y la salud sean de calidad y de cobertura universal, y que la riqueza se redistribuya y genere un nivel de vida más alto. En fin, merecemos un mejor futuro para ésta y las próximas generaciones.
*Concejal de Cartagena
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