Columna


Cerro Albornoz: ¿parque o favela?

JAIME ALBERTO RESTREPO CARVAJAL

27 de febrero de 2011 12:00 AM

JAIME ALBERTO RESTREPO CARVAJAL

27 de febrero de 2011 12:00 AM

Los cartageneros fuimos testigos de una tragedia ambiental cuando 216 hectáreas del cerro Albornoz, único pulmón verde que nos quedaba intocado, fueron taladas e invadidas ante la mirada de la Policía. Luego, el diluvio remató la hecatombe con una erosión irreversible, para sumarle otra fatalidad ecológica y social a la de las faldas de la Popa.
Como una novela por capítulos, El Universal publicó los hechos con titulares premonitorios: “Despejan un predio ocupado por invasores” (Ago 14), “Terrenos invadidos en la Zona Industrial son de alto riesgo” (Ago 21/10),  “El negocio de las invasiones” (Editorial, Ago 22), “Desalojan a invasores de cerros de Albornoz” (Ago 28), “Antimotines desalojan a invasores que usurpaban terrenos de Albornoz” (Ago 29), “Continúa la invasión del cerro de Albornoz” (Sep 27), “Invasores se enfrentaron a vigilantes” (Oct 9), “Se derrumba Cerro de Albornoz” (Ene 23), “Invasión en el Cerro Albornoz sigue creciendo” (Editorial, Feb 16).
La empresa Argos, dueña de 120 hectáreas invadidas recientemente, ante el desespero de perder impunemente su patrimonio (o arrepentida por no encerrar su lote a tiempo), presentó a los cartageneros la propuesta “Visión de desarrollo para el aprovechamiento y recuperación del cerro Albornoz”. Es un último intento para tener allí un parque y no una favela miserable de alto riesgo, como desean los invasores y abogados inescrupulosos que hay detrás (protegidos por la “Ley”).
Para garantizar la preservación ambiental según el POT, se crearía un nuevo espacio verde de recreación, y un desarrollo de vivienda social y servicios comunales en la parte plana colindante con Henequén (invadida hace tiempo).
Argos propone: reforestar ya el cerro hasta convertirlo en el “Parque Jardín Botánico Cerro Albornoz”, delimitarlo perimetralmente, construir parqueaderos y portales a barrios vecinos (uno alineado con la estación “Albornoz” de Transcaribe acuático), vía de acceso vehicular, senderos ecológicos, una gran plaza mirador en la cima, canchas deportivas, juegos infantiles, y servicios para visitantes y vecinos.
Por su ubicación estratégica con vista de 360 grados, se asignarían de 4,5 a 14 hectáreas a la Infantería de Marina (mejor sitio para vigilar la bahía, imposible) para garantizar la seguridad; y un área similar a Acuacar para una planta de tratamiento de agua que repartiría por gravedad. Si Argos entrega el terreno (donarlo sería mejor que perderlo robado), tiene dos retos enormes:
Primero: convencer al Distrito, Gobierno central, fuerzas “vivas” (en Cartagena son algo “muertas”) y empresas con capacidad económica (SPRC, Reficar, Surtigas, Mexichem, Biofilm, Abocol, etc.) para formar un frente o “billetera” común en este proyecto ambicioso.
Segundo: convencer a casi 2.500 invasores, que según Argos ocupan ilegalmente el nuevo barrio de tugurios bautizado “Villa Uribe-Santos” (creativos sí son), para que abandonen pacíficamente el lugar y se comprometan a no reincidir.
Si los invasores y jueces no entienden que ser “pobre” o “desplazado” no da derecho a ningún colombiano a irrespetar la propiedad privada, y los mecenas no aparecen, la novela trágica de ese cerro continuará hasta convertirse en “Villa Albornoz”: la mayor favela y vergüenza de Cartagena.

*Ing. Civil y MBA, Directivo Empresarial

restrepojaimea@gmail.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS