Columna


Colombiana

RUDOLF HOMMES

11 de septiembre de 2011 12:00 AM

RUDOLF HOMMES

11 de septiembre de 2011 12:00 AM

El domingo anterior El Tiempo publicó un artículo sobre las reacciones a la película Colombiana, de Luc Besson, quien dirigió y produjo Une Femme Nikita y León: El Profesional, con Jean Reno y Natalie Portman.
Colombiana usa elementos de estas dos películas. La protagonista, cuando niña, tiene mucho en común con el papel de Natalie Portman y crece para convertirse en una estupenda Nikita colomboafricana, de nombre Catleya. En la película, como en  Colombia, hay malos para todos los gustos. Solo dos personajes se apartan de ese patrón: la abuela de Catleya y el artista que ella tiene de bobo guardado. La trama de Colombiana, igual que las otras dos de Besson, no es profunda, pero es muy emocionante y bellamente presentada, a lo que contribuye Zoe Saldana. La ventaja de tenerla en el rol del asesino vengador y no a Charles Bronson, dice un crítico del Guardian, es que a ella le quedan bien las sudaderas brillantes y la ropa interior.
Muchos de los malos de la película, incluyendo la protagonista y su tío, son colombianos. Pero todo el tiempo tienen la simpatía del público. El tío valora la educación más que las pistolas y recurre a ellas para convencer a la sobrinita de 10 años de que si quiere ser una asesina exitosa, más le vale educarse bien en un colegio para señoritas (donde les reciben la matrícula en efectivo). Las mujeres colombianas son valientes y liberadas de cualquier tara cultural que las limite. La mamá de Catleya, con ametralladora en la mano, enfrenta a sus asesinos al lado de su marido. Y Catleya domina la relación con su noviecito. El personaje más perverso, corrupto y detestable de la película es un gringo de la CIA que tiene en su escritorio su foto con George W. Bush.
Vi la película y no entendí las quejas de los colombianos y su presión a la Cancillería para que haga el oso protestando por la película. Si alguien tuviera que quejarse sería el Departamento de Estado por el trato de la película a los agentes de la CIA y a la agencia, o el alcalde de Chicago porque matan a mucha gente en esa ciudad, lo que afectaría el turismo. El gobierno francés tenía más razones para quejarse del film Nikita, porque ella asesina al servicio de ese Estado.
Si la Perris o Rosario Tijeras se hubieran educado y fueran hi tech podrían ser como Catleya. En El Capo, La Saga o el Cartel de los Sapos, los personajes femeninos son sanguinarios, menos evolucionados y las mueve el dinero y el poder, ausentes de la película, que enfatiza más el amor filial. Peores imágenes de Colombia salen de las producciones nacionales en las que el presidente de Colombia es corrupto y viola la ley, el jefe de la Policía y los periodistas también. Los guardianes y guardianas de la cárcel son tan perversos que el espectador hace fuerza por los mafiosos o mafiosas detenidos. Correo de Inocentes muestra un sistema judicial corrupto, quizá no muy lejano de la realidad. Nuestras telenovelas se especializaron en los aspectos menos atractivos de nuestra sociedad sin provocar mayores comentarios, quizás porque reconocemos que así somos lamentablemente.
Entonces, ¿por qué el escándalo cuando otros utilizan las mismas imágenes en una película comercial?

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