Columna


Como gato bocarriba

MIGUEL YANCES PEÑA

01 de octubre de 2012 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

01 de octubre de 2012 12:00 AM

En otro fallo que me llegó sobre el mismo tema y la misma transnacional, ésta última, al ver que sus trampas y engaños no funcionaron en las dos primeras instancias, en las que perdió frente al trabajador, se agarró del Acto Legislativo 01 del 2005 pretendiendo hacerlo retroactivo; ignorando que un principio que le da consistencia a la legislación, es que se aplica desde el momento de su publicación (entrada en rigor, se dice) hacia delante.
Y que cuando una Ley, o norma, lesiona expectativas próximas, se crea un régimen de transición, como sucedió –por ejemplo- con la Ley 100 de 1993 y quienes ya habían cumplido ciertas condiciones respecto a sus requisitos para pensionarse: a ellos se les siguió aplicando el régimen anterior.
Y como sucederá con toda seguridad, porque se trata de principios universales, cuando nuevas Leyes atenten contra las condiciones bajo las cuales ellos invirtieron en el país.
No contenta con esa atrocidad de reclamo, se jaló en la apelación ante la corte, un discurso sobre competitividad, estimulo a la inversión extranjera, generación de empleo y otras; debate que le corresponde a las ramas del poder público dar, no a los inversionistas extranjeros, pero que por ninguna razón puede ser esgrimido como argumento para violar leyes, o convenciones colectivas de los trabajadores.
Lo anterior demuestra una vez más que estos empresarios extranjeros están dispuestos a “pelear como gato bocarriba” para ganarle unos pesos a sus trabajares protegidos por sus convenciones colectivas.
En este punto hay que hacer unas reflexiones sobre el modelo de desarrollo que promueve el retiro del Estado de las actividades económicas, por ineficiente y corrupto, lo que afecta a los consumidores de bienes y servicios producidos con esa estructura de propiedad, y los transfiere al sector privado: principio que comparto, y que ha mostrado sus beneficios.
No obstante cuando se trata de adquisiciones, no es cierto que generen más empleo, lo usual es que reduzcan la nomina y automaticen para ganar competitividad. Y cuando se trata de servicios públicos domiciliarios (no exportables), y monopolios naturales (servicios de aseo, agua, energía y gas) regulados por el Estado, el concepto de competitividad desaparece.
Eso por un lado; por el otro la revaluación del peso es un factor que juega a su favor, porque valoriza los activos y aumenta la rentabilidad sobre el capital invertido.
Esos acuerdos laborales no eran desconocidos por los empresarios al momento de adquirir la empresa (en ese sentido el Estado SI jugó limpio mostrando todas sus cartas), y se reflejó como un pasivo que redujo el valor que pagaron. Además se sabe que el gobierno de la época les creó un fondo (se dice que de casi medio billón a pesos de hoy), para atender esa contingencia.
De manera que dejen el lloriqueo; ese vale para la parte abusada. Nadie niega el derecho que les asiste a estos empresarios de negociar con los trabajadores nuevas condiciones laborales, como lo hicieron con los trabajadores más jóvenes, pero bajo el principio de equidad de beneficios; sin frustrar los derechos adquiridos, ni las expectativas más próximas: no todo vale.

* Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe.

movilyances@gmail.com

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