Por encargo de la Misión de Observación Electoral (MOE) y de la Red de Concejo Cómo Vamos, se encuestaron a los concejales de diez ciudades: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga, Manizales, Cartagena, Villavicencio, Popayán y Neiva. El universo total correspondió a 223 cabildantes y de ellos 196 respondieron la encuesta, es decir, el 88%.
Fue levantada por Cifras y Conceptos, la firma que dirijo, de forma presencial en los recintos de los concejos y se aplicó entre el 28 de marzo y el 29 de abril, logrando indagar por la agenda que tuvieron los concejos, su percepción sobre el proceso electoral 2011 y sobre la discriminación de género en la política local.
A propósito de la misma, quiero realizar una interpretación de la forma como se relacionan los Concejos municipales con la opinión pública. Cuando se indaga por las acciones consideradas más necesarias para mejorar el trabajo del Concejo, el 35% de los ediles señaló el discutir los temas estratégicos, seguido por un 33% que busca mejorar los debates de control político; solo el 6% de los concejales considera innecesaria alguna acción para mejorar su trabajo.
Pareciera un mea culpa, pues reconocen no estar conectados en dos aspectos centrales para la opinión pública: tratar los temas estratégicos de la ciudad y ejercer control político a los funcionarios locales.
De otro lado, al indagar sobre la forma como se distribuyen sus gastos de campaña, se encuentra que el 19% del dinero lo destinan a “reuniones”, el 13% en “transporte del equipo de campaña y candidato” y el 12% en “la sede de campaña”. Estos aspectos, que suman el 44% de los gastos de campaña, no están encaminados a conseguir votos de opinión; mientras que aspectos relacionados con atraer a la opinión pública, como publicidad en televisión, prensa, radio, medios alternativos y medios impresos, suman menos del 32% de los gastos totales.
Esto indica que durante las campañas al Concejo, el énfasis está en la forma tradicional de hacer política, lo que algunos llaman “la maquinaria política” y son muy pocos los esfuerzos para entender y atraer el voto de opinión. Estos datos son preocupantes si se recuerda que representan la opinión de los ediles de las diez ciudades más grandes del país, precisamente donde se concentra el llamado voto de opinión.
Por todo ello es posible afirmar que tanto las acciones consideradas como necesarias para mejorar su trabajo así como la distribución de sus gastos durante la campaña, han derivado en una conexión débil con la opinión pública.
Los ciudadanos deseamos a líderes más conectados con los temas cotidianos y de la coyuntura. Que un Concejo como el de Bogotá no se haya distanciado ni ejercido su control político en el carrusel de la contratación, es un elemento más de la desilusión que los cuerpos colegiados locales nos producen. La regulación del servicio de taxis, la cultura ciudadana, el control a las tarifas de bienes y servicios, la forma como las mascotas generan conflictos entre vecinos, son ejemplos de preocupaciones que un edil podría tomar para, en esta campaña, conectarse con las preocupaciones y opiniones de sus ciudades.
ccaballero@cifrasyconceptos.com
*Rotaremos este espacio entre distintos columnistas para dar cabida a una mayor variedad de opiniones.
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