Columna


Condicionemos los pensamientos

ADOLFO GÓMEZ AGÁMEZ

09 de diciembre de 2011 12:00 AM

ADOLFO GÓMEZ AGÁMEZ

09 de diciembre de 2011 12:00 AM

La técnica del pensamiento condicionado es similar a la del aire acondicionado, del mismo modo que el aire acondicionado le da una nueva atmósfera a una habitación y la mantiene fresca y rica para descansar, el condicionar nuestros pensamientos nos renueva la atmósfera mental y proporciona a nuestra vida claridad, salud y vitalidad.Siempre nos preguntamos ¿qué son los pensamientos?. Y podemos definirlos como los elementos básicos de las diferentes etapas que conforman el proceso del desarrollo inte-rior.
Es más, podríamos decir que son la expre-sión de las semillas de la confianza, la amabi-lidad y el optimismo y lo que estructura la fe, la esperanza y el amor Además, los pensa-mientos nos proporcionan la energía que ne-cesita un espíritu puro para fortalecer nuestra existencia mental, emocional y física. Si Tú y Yo no tenemos unos pensamientos sólidos y positivos, todo esfuerzo de cambio, de auto-control, disciplina resulta improductivo.
Tengamos en cuenta que la felicidad y el desarrollo personal dependen de la naturaleza de nuestros pensamientos, es como cuando tú haces una siembra, si  quieres cosechar  yuca, pues, tienes que sembrar yuca o si quieres re-coger naranjas, lógicamente tienes que plan-tar naranjos, es absolutamente imposible que comamos yuca si plantamos naranjas o vice-versa, así igual es imposible que seamos felices si albergamos pensamientos que producen infelicidad. Entonces si sembramos en nues-tras mentes pensamientos de temor, acaba-mos sintiendo temor. Si llenamos nuestra mente de pensamientos de rencor, sentiremos rencor, no hay de otra y en ningún caso en-contraremos pensamientos que nos induzcan a ser felices. Por lo tanto, sea cuales sean las condiciones nuestra mente, tenemos que condicionar nuestros pensamientos o de lo contrario estamos perdidos y terminamos enfermos, con una ulcera y lejos del éxito y de la buena vida.
Ahora bien, la necesidad de condicionar nuestros pensamientos en estos momentos difíciles en nuestros País, en nuestro trabajo, con nuestros colegas, en nuestra familia, lo exige nuestra misma mente que nunca está vacía y cuando intentamos “vaciarla” siempre quedan residuos y basuritas flotando de un lado para otro. ¡Ah! Y otra cosa es que ni a ti ni a mí nos interesa tener una mente vacía, lo que queremos es una mente llena de pensa-mientos positivos capaces de generar energía. En muchos casos el problema es que estamos acostumbrados a vivir con factores negativos y nos distraemos con infinidad de dudas, re-sentimientos, envidias y preocupaciones por cosas sobre las que no tenemos ningún con-trol.
No recuerdo si en una entrega anterior es-cribí que los hábitos no se cambian se susti-tuyen, en el caso de la mente es igual porque ella no puede tener o albergar dos tipos de pensamientos a la vez. Si queremos verificar lo anterior, hagamos la prueba, mencionemos el nombre de una persona con la que hemos tenido alguna diferencia, intentemos no pen-sar en un minuto en ella. Es imposible ¿ver-dad?. Desde el instante en que mencionamos su nombre no lo podemos quitar de la mente, bueno bien, ahora pensemos en el nombre de nuestra madre y ¿es fácil lo que conseguimos, verdad?, lo hemos sustituido y ya no sentimos lo mismo que antes, es más, ni nos acorda-mos de la “persona en  cuestión” y sólo pen-samos en las bondades de nuestra madre.
Por lo anterior, podemos afirmar que al introducir  pensamientos nobles, amorosos, en nuestras mentes, sacamos los pensamien-tos negativos y los eliminamos de forma in-mediata y lo más importante, nos sentimos felices y exitosos  en nuestros trabajos, con los colegas, vecinos y en nuestras familias, haga-mos esta práctica en esta época de navidad.                  

*Dermatólogo

a_gomezagamez@hotmail.com

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