La severidad de la pobreza en Cartagena, manifiesta en la parte de ella que no es usualmente visitada por los turistas, es ratificada por estadísticas sobre desempleo, informalidad y nivel de vida, con índices aun más terribles que los ya malos promedios nacionales.
Un buen resumen de esta situación se encuentra en la presentación de la reforma tributaria como justificación de usar la estructura impositiva, sesgada a una carga muy alta al predial de los altos estratos, como ingrediente de una política contra tal pobreza. Este esfuerzo se concreta en iniciativas como la Política de Inclusión Productiva para Población en Situación de Pobreza y Vulnerabilidad, que complementa crucialmente la versión local de iniciativas nacionales asistencialistas (Red Juntos, Familias en Acción) en el Plan de Emergencia Social Pedro Romero.
Así, mientras elementos como la orientación para oportunidades de empleo y emprendimiento (mediante Cemprende) han avanzado más, otros lo han hecho solo parciamente (CERES en la oferta educativa pertinente para el trabajo en educación no formal), y otros (generación de activos) no lo han logrado en aspectos cruciales (microcrédito).
Pero las respuestas que ha generado la pobreza extrema de Cartagena no se limitan a estas de política sino que se extienden a iniciativas que, como la Fundación Dones de Misericordia (FDM), atiende segmentos de la población en extrema pobreza de particular vulnerabilidad y precariedad. La FDM nació en el 2005 para brindar un hogar a un grupo de ancianos abandonados por sus familias y para proveer una educación integral y personalizada a niños abusados en la ciudad, objetivos que persigue trabajando en tres frentes:
1) Asilo Dones de Misericordia: 60 ancianos sin familia o abandonados (17 de ellos residentes permanentes) reciben allí alimentación, atención médica y medicinas, programas lúdicos y talleres para el fortalecimiento espiritual. Para el 2011 se aspira a conseguir un lote de terreno donde construir la sede propia del asilo que permita a la FDM mejorar las instalaciones y aumentar la capacidad de ancianos atendidos.
2) Escuela La Gloria: apadrinada por la FDM, con 144 alumnos entre los 4 y 16 años, que si no han sufrido abuso están en alto riesgo por la pobreza y hacinamiento en que viven. Para atenderlos la Fundación está desarrollando en la escuela, con un grupo de 10 niños de 5 y 6 grado, un sistema piloto de educación alternativa personalizada (SEA). Para el 2011 se aspira a construir el Rincón de los Dones, sede de la escuela en el barrio Piedra de Bolívar, donde se desarrollará el programa SEA.
3) Kiosco de los Dones: la FDM desarrolla semanalmente en Tierrabomba talleres para el fortalecimiento de la espiritualidad y la autoestima para cerca de 400 niños, que por influencias familiares están expuestos a la prostitución. Para 2011 se aspira a adecuar la casa adquirida contigua al Kiosco para desarrollar talleres de capacitación y desarrollo de habilidades en artes.
Apoyar el esquema CERES, como lo viene haciendo la UTB junto con otros operadores, así como iniciativas como la FDM que dependen de ese apoyo para subsistir y continuar adelantando su labor, es, dado el papel de la educación en la lucha contra la pobreza, una forma de contribuir eficazmente a esta lucha en Cartagena.
*Director Centro de Estudios Asiaticos/Asian Studies Centre UTB-UAM
rchica@unitecnologica.edu.co
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