Columna


Córdoba, situación grave

EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ

18 de enero de 2011 12:00 AM

EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ

18 de enero de 2011 12:00 AM

Hace menos de un mes escribimos un comentario sobre la noticia aparecida y titulada en un periódico de Montería: “Una semana sin muertos en Córdoba”, a propósito de unas declaraciones del obispo de la diócesis, monseñor Julio César Vidal, en la cual daba cuenta de los contactos que grupos al margen de la ley, vinculados presuntamente al narcotráfico, habían hecho con el ilustre prelado para hablar de paz, y se atribuía, precisamente, a esa actitud que, durante ese breve lapso, no hubieran ocurrido muertes violentas en el departamento.No sabemos qué pasó con los contactos para buscar la paz de que hablara Monseñor Vidal, pero que en los primeros quince días de enero del nuevo año hayan ocurrido 31 asesinatos en Córdoba, revela que la tal propuesta de paz de las bandas criminales era una farsa.
Dentro de la oleada de crímenes, el asesinato de los dos jóvenes biólogos de la Universidad de los Andes, ha puesto el caso de la violencia en el departamento de Córdoba en el primer plano. Esa alarma ha debido manifestarse de tiempo atrás, pues, como lo muestra el cuadro publicado en El Tiempo el pasado jueves 13 de enero, el número de muertes violentas en los últimos años en Córdoba ha sido de proporciones inmensas.
Con razón, la gobernadora de Córdoba, Marta Sáenz, se quejó de que la situación de orden público en ese departamento no haya sido atendida adecuadamente, hasta el punto, apuntamos nosotros, de que la violencia ha tenido un crecimiento inusitado en dicho departamento: 150 homicidios en 2005; 253 en 2006; 366 en 2007; 512 en 2008; 532 en 2009; y 575 en 2010.
También el Vicepresidente de la República, Argelino Garzón, ha hablado de que “no se debe dejar prosperar la actividad criminal y la impunidad en Colombia”, refiriéndose a las bandas emergentes de Córdoba.
Se sabe que la violencia se ensañó en este departamento durante más de veinte años; que el narco paramilitarismo corrompió sus estructuras políticas y administrativas, bajo el imperio del terror; y que la costa marítima del Caribe cordobés es zona de disputa de nuevas bandas criminales; pero habrá que decir que es inexcusable que las autoridades no hayan actuado con mayor eficacia contra los delincuentes, y que en un territorio donde se comenzaban a respirar los aires de la seguridad democrática, después de que los “señores de la guerra” se sometieron a la justicia, se registren hoy dos asesinatos por día.
Está bien que el presidente Santos haya ofrecido 500 millones de pesos de recompensa por la captura de El Gavilán, el bandido a quien se atribuye el asesinato de los dos jóvenes biólogos de la Universidad de los Andes, ¡víctimas inocentes!, pero la sociedad cordobesa aspira a que, más allá de la captura y castigo del asesino, se garantice la seguridad en un departamento que ha sido teatro de todas las violencias, la de la guerrilla y la los paramilitares, y ahora, la de grupos emergentes dedicados al narcotráfico.
Se ha prometido por el Gobierno Nacional acabar con las bandas criminales en Córdoba; “pero que se vea”, decimos los seguidores de Santo Tomás, que somos muchos.

*Ex congresista, ex ministro, ex embajador.

edmundolopezg@hotmail.com

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