Columna


Corrupción y cinismo

ÓSCAR COLLAZOS

16 de abril de 2011 12:00 AM

ÓSCAR COLLAZOS

16 de abril de 2011 12:00 AM

En una entrevista concedida a El País de Madrid, Michael J. Sandel hizo un diagnóstico implacable. “En los últimos años se impuso la idea de que era suficiente con que la economía funcionara. Y ha sido un error: no se pueden eliminar los argumen-tos políticos, y no se puede pensar que el mercado establece por sí mismo la justicia y la equidad”, dijo el brillante profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Harvard.Sandel es autor de Justicia, un libro que ha vendido más de un millón de ejemplares en Estados Unidos. Se ha hecho célebre, no sólo por sus críticas a los modelos económicos y sociales de las últimas décadas, sino por la claridad de su lenguaje. Mejor dicho, por haber tendido un puente entre el rigor de la academia que investiga y reflexiona y el público que espera entender los problemas más complejos con las palabras más sencillas.
“La fe en el mercado ha eliminado cualquier debate público sobre ética y justicia”, dice Sandel. Al igual que Tony Judt -el historiador fallecido en 2010- Sandel se suma a la corriente de pensadores occidentales que han venido haciendo el diagnósti-co del llamado neoliberalismo, consolidado a partir de los años 80 en los países ricos y catastró-ficamente repetido en los países “en vías de desarrollo.”
Recomiendo la lectura de ambos libros: Justicia, de Sandel (publicado por Debate) y Algo va mal, de Judt (publicado por Taurus). Y lo recomiendo a académicos, docentes de Ciencia Política, Econo-mía y Administración de Empresas, a políticos que aún lean libros y a empresarios que no desdeñen el pensamiento y la crítica.
El mundo conoce y todavía padece las estrepitosas caídas de la economía y los colapsos de los últimos 20 años. Los contribuyentes acabaron pagando los errores y ambiciones de los gurús del mercado. Conocemos los efectos pero no el rostro de la criminalidad financiera. Pero lo peor de todo ha sido el clima moral engendrado por este empoderamiento de la riqueza, causa primera de la corrupción que nos golpea.
No se trata de pensadores “marxistas”. Sandel es un hombre de estirpe liberal; Judt fue un socialde-mócrata que lamentó el fracaso “inducido” del Estado del Bienestar, como se conoció durante tres o cuatro décadas el modelo capitalista que redistri-buyó riqueza, satisfizo derechos elementales a sus ciudadanos y controló la marcha desbocada de ese potro llamado mercado.
En el modelo de sociedad que ambos pensadores condenan está el marco que explica el tamaño colosal de la corrupción que toca por igual a las instituciones del Estado y a los particulares. La moral que está detrás de este modelo, es la misma que hace posible la existencia de grupos y con-glomerados mafiosos dedicados a esquilmar al Estado, es la que perpetúa a los políticos profesio-nales y les da status de perversos empresarios del cinismo.
Lo que estamos viendo en Colombia con el caso de los Nule es exactamente lo mismo, en propor-ciones mayores, a cualquier otra empresa delictiva: un propósito claro en ganar mucho dinero en el más corto tiempo posible asociándose con inter-mediarios y cómplices que lo hagan posible, incluidos altos funcionarios de gobierno.

*Escritor

salypicante@gmail.com

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