Columna


Crisis y asesinatos

ALFONSO MÚNERA CAVADÍA

12 de enero de 2011 12:00 AM

ALFONSO MÚNERA CAVADÍA

12 de enero de 2011 12:00 AM

Una noticia y una magnífica columna de Jeffrey Sachs en El Tiempo revelan hasta qué punto la lucha social en los Estados Unidos adquirió caracteres nuevos, cuyo resultado final terminará influyendo en las democracias de América Latina, Colombia incluida, por supuesto.La noticia es el atentado contra la representante demócrata a la Cámara, Gabrielle Giffords, en el Estado de Arizona durante una reunión pública que dejó 6 muertos y 14 heridos, y a la congresista en cuidados intensivos. En Arizona se libra una de las luchas más feroces entre la extrema derecha y el pensamiento liberal norteamericano en torno al candente problema de los inmigrantes del tercer mundo. Con razón muchos piensan que el atentado contra la representante Giffords tiene un contenido político. Ella era una defensora en el Congreso de la reforma migratoria, la investigación con células embrionarias y las energías alternativas, temas contra los que se opone pasionalmente el ala más conservadora de la política norteamericana. Los dos primeros, particularmente, van al fondo mismo del viejo conflicto político-religioso acerca de la identidad de los Estados Unidos de América.
La columna de Jeffrey Sachs se titula “La lucha de clases política de Estados Unidos”. En uno de sus apartes se refiere a la crisis y al alto endeudamiento: “el problema –dice- es la política corrupta y la pérdida de moral cívica de los Estados Unidos. Un partido político, los republicanos, apuesta a poco más que a reducir los impuestos, objetivo que pone por encima de cualquier otro. Los demócratas tienen una gama algo más amplia de intereses, como el apoyo a la atención de salud, la educación, la formación y la infraestructura. Pero, al igual que los republicanos, también están interesados en regalar con profusión recortes de impuestos a sus grandes contribuyentes de campaña, entre los que predominan los estadounidenses ricos.”
“El resultado es una paradoja peligrosa. El déficit presupuestario de Estados Unidos es enorme e insostenible. Los pobres se ven exprimidos por los recortes en los programas sociales y un mercado laboral débil. Uno de cada ocho estadounidenses depende de cupones para comer. Sin embargo, a pesar de estas circunstancias, un partido político quiere acabar con los ingresos fiscales por completo, y el otro se ve arrastrado fácilmente, contra sus mejores instintos, en aras de mantener contentos a sus contribuyentes ricos.”
Si esto lo escribiera un economista cartagenero sería tildado de izquierdista peligroso, pero lo dice nadie menos que el profesor Jeffrey Sachs, uno de los economistas de mayor prestigio mundial, profesor de Columbia University y columnista del New York Times. En su crítica a los partidos republicano y demócrata, aliados a los más ricos, llega incluso a vaticinar la creación de un tercer partido “comprometido con la limpieza de la política estadounidense y la restauración de una medida de decencia y justicia”.
Esa lucha alrededor de la reforma social en el seno del gran imperio y la democracia más avanzada del mundo, jugará un papel clave en la evolución de la política en Latinoamérica. El desenlace de lo que el profesor Sachs ha denominado apropiadamente “la lucha de clases política en los Estados Unidos” será decisivo, sin lugar a dudas, para la suerte de los pobres en el mundo.

*Historiador. Profesor de la Universidad de Cartagena.

alfonsomunera55@hotmail.com
 

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