Si analizamos cómo se mueven las fichas de este juego caeremos en cuenta de que van tras ese fin, pues han tenido tiempo desde la V Cumbre celebrada en Puerto España, en abril de 2009, para proponer la invitación de Cuba y no dejarla para una fecha próxima a la celebración de la VI Cumbre, cuando es más fácil revolver el agua para confundir y desunir.
Si ahora se invitara a Cuba se tendría que rearmar el temario, imposible en tan corto tiempo pero que sirve de ariete para agrietar la unión de la OEA; y si no se invita, flota en el ambiente la incomodidad con esa institución. En ese escenario debe reflexionarse sobre la posición de los nuevos y mejores amigos del presidente Santos, quienes parecen más peligrosos que los amigos cuando representan con maestría el papel de tartufos.
A nadie escapa que de los cinco ejes temáticos no es la invitación a Cuba, para debatir el estado de la tiranía en la isla, sino la presentación en sociedad del comercio de drogas el que es sin lugar a dudas el más polémico: la legalización del consumo de mariguana y coca; y, por ahí directo, todos los psicotrópicos.
Quienes están a favor de la legalización argumentan que el problema de la inseguridad tenía su centro de gravedad en el comercio de drogas porque las cuantiosas utilidades, por los altos precios que alcanzan, financian los grupos mafiosos y guerrilleros, fomentan la corrupción de la moral pública, de manera especial en la justicia, policía, militares, política, y juventudes, que ven el comercio de drogas como la vía más expedita para conseguir riqueza de manera R.F.E. (rápido, fácil y en efectivo).
Con tal argumento aceptan que los gobiernos fracasaron en la prohibición, además de que el dinero, estiércol del diablo, destruye todos los valores de la sociedad y creyendo que el mercado lo resuelve todo deciden dejar que regule la producción, oferta y demanda, así el precio bajará y las grandes ganancias también. Quienes así piensan pueden estar equivocados porque la caída del precio aumentará el consumo y lo ahorrado en tranquilidad lo pagaremos en rehabilitaciones de adictos, con costos de varios millones de pesos por persona. Y las mafias y guerrillas seguirán nutriéndose con los secuestros, extorsiones y el contrabando de drogas cuando los impuestos las vuelvan costosas.
Para conturbación, “como peras en el olmo”, la delincuencia se transformará en honorable con todos los títulos y aceptación social que el dinero compra; es el momento de ser pragmáticos, los valores humanos se deben dejar de lado porque el dinero es más importante. En esa andamos, Sancho.
Pareciera que la sociedad capitalista se va por la tangente para no ver que la pobreza e inequidad son el centro de gravedad de la mayoría de los problemas. La VI Cumbre debería debatir única y exclusivamente el rompecabezas de la creación y distribución de las riquezas. De lograr una salida viable a la pobreza quedaría tal reunión como lo más beneficioso desde el descubrimiento de América, manos a la obra pues.
algaz@costa.net.co
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