Un grupo de amigos caminantes cumplimos la cita a las 5 de la mañana para caminar, expandir nuestros corazones y mentes en el recorrido diario por el paseo peatonal de Castillogrande. De modo que tenemos siempre la oportunidad de conversar de lo divino y lo humano mientras caminamos y sentados en el parque de la Concha, donde con nuestros propios recursos, instalamos 14 bancas para el disfrute de todos incluyendo a las docenas de niños que allí se sientan por las tardes a jugar y comer helados.
El sendero está semidestruido y nos da oportunidad de presenciar hechos insólitos como el caso de un compañero magistrado que presenció a dos parejas haciendo el amor en plena vía. En las madrugadas los vecinos sufrimos porque los jóvenes rematan sus fiestas con estruendosos escándalos musicales que despiertan a muchos de la zona con sonidos de tambores que son “música” de puro ritmo sostenido sin ninguna melodía.
También presenciamos con dolor la falta de civismo de los jóvenes que dejan tirados en el piso, botellas de cerveza o ron, vasos de plásticos y hasta condones, empapados de lo que sabemos, al lado de las canecas que hay en los descansaderos y además no existe iluminación en el parque mencionado.
Por el lado de las playas, ya sabemos están tugurizadas y desaseadas al extremo, por la falta de solidaridad y conciencia ciudadana hasta el punto en que, conjuntamente con la inmensa inseguridad que existe en la zona debido a los múltiples atracos a mano armada de día y noche en el barrio y el desbordamiento de las aguas de la bahía contaminada de plásticos, globos, bolsas y latas, han hecho que nos sintamos en un barrio de estrato 3 y pagamos impuestos y servicios de estrato 6. Los pocos policías que vigilan por la noche, la mayoría no están armados y no tienen radioteléfonos para comunicarse con los superiores cuando ocurren hechos delictivos o que atenten contra la moral.
Menos mal que existe ASOBOCALA dirigida por el tenaz líder Ignacio Villarreal y otros dirigentes cívicos que tratan de encontrar soluciones en toda la zona incluyendo también a El Laguito. A propósito de esto, es bueno sugerirle al nuevo alcalde Campo Elías Terán, que nombre un alcalde menor para toda la zona, con el fin de que ese funcionario tenga opciones de poder policivo para imponer el orden y fortalecer la conciencia ciudadana que tanta falta hace en esta zona turística y en toda Cartagena.
Con los problemas de inseguridad de esta zona turística que tanta gente trajo en esta temporada, se afectó seriamente la movilidad y esta situación se multiplica en todos los barrios y estratos de la ciudad en donde cunde la miseria, el vandalismo y la violencia. De tal manera que estos son varios de los retos para nuestro nuevo mandatario: enfrentar estos problemas y mejorar sustancialmente la seguridad ciudadana, que digan lo que digan, pero estamos retrocediendo en las ciudades.
PD: Para esta época los cartageneros y visitantes de todos los estratos tuvimos el respiro espiritual del maravilloso Festival Internacional de Música, la feliz idea materializada por Julia Salvi y dirigido por el talentoso pianista y excelente ser humano: Stephen Prutsman.
* Abogado y escritor
rivelpa@yahoo.com
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