Columna


De Barú a Punta Cana

JORGE ENRIQUE RUMIÉ

11 de marzo de 2011 12:00 AM

JORGE RUMIÉ

11 de marzo de 2011 12:00 AM

Un ejemplo clásico del poder de transformación que puede tener el sector privado y que nos puede servir de inspiración para Cartagena, es la historia del complejo turístico de Punta Cana, en República Dominicana.Situado al Este de la isla caribeña, con una extensión de 48 kilómetros cuadrados, es hoy el mayor centro turístico del Caribe. Punta Cana tiene 38.000 habitaciones (Cartagena tiene 4.500), y 2 millones de visitantes internacionales por año, versus los 150.000  extranjeros que llegan a la Heroica.  
La historia de Punta Cana se inicia en 1969, cuando un grupo de inversionistas americanos viajan a la isla con la idea de comprar unas tierras escondidas en la punta oriental de dominicana, con infinidad de cocoteros y 10 kilómetros de playas bellísimas de arena blanca. Un muchacho local, llamado Frank Raineri, les sirve de traductor a los gringos, y viendo el potencial turístico de la zona, ofrece su trabajo a cambio de acciones en el proyecto. 
Ya en el año de 1971, con el “todero” de Raineri escalando y empujando contra las vicisitudes típicas de un proyecto en tierras pioneras y lejanas, inauguran un hotel pequeñito llamado “Punta Cana Club”. El lugar contaba con 10 cabañas rústicas, una planta eléctrica y una pista de aterrizaje cuya única  pretensión era la de albergar una avioneta indómita y el transporte de sus huéspedes aventureros. Dice la historia que el mismo Raineri, con la verraquera que le caracterizaba, viajaba en carro hasta 8 horas diarias –entre arena brillante y cangrejos merengueros- para que las autoridades de migración pudieran sellar los pasaportes de sus visitantes. 
Con la satisfacción de la clientela, combinada con la belleza del lugar (catalogada por la Unesco como una de las playas más hermosas del mundo), los duros del negocio se fueron enterando. Efectivamente, en 1978, los franceses del Club Med construyeron en Punta Cana el primer hotel de 350 habitaciones. Luego le siguieron otras cadenas hoteleras como la Barceló, Meliá e Iberostar, entre otras.
Con el crecimiento exponencial de los visitantes, y luego de luchar a brazo partido con la burocracia dominicana, Raineri recibe la autorización del Gobierno para construir el primer gran aeropuerto privado de Latinoamérica. Lo terminan en 1984, y hoy es el de mayor movimiento turístico en el Caribe.  Similar historia aconteció con la infraestructura de la zona. Sin colaboración del Estado, debieron construir sus servicios públicos, las vías de acceso, la recolección de basura, la seguridad, los barrios y hasta las escuelas para sus empleados.
Para tener una idea de la magnitud del proyecto, en 2001 se tenían 18.000 empleos directos en la zona. Hoy día Punta Cana es un complejo gigantesco de hoteles, mansiones (Julio Iglesias y Óscar de la Renta, tienen las suyas), marinas, canchas de golf y servicios turísticos, con un aporte valioso a la economía nacional.
Para terminar, quiero aterrizar en Cartagena y recordarnos el potencial turístico que tenemos en la isla de Barú. Porque viendo el desarrollo de los dominicanos en Punta Cana –guardando, obviamente, las proporciones- podemos dimensionar la magnitud de nuestro desperdicio.

*M.A. Economía, Empresario

jorgerumie@gmail.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS