Columna


De lo individual a lo colectivo

JORGE ENRIQUE RUMIÉ

06 de mayo de 2011 12:00 AM

JORGE RUMIÉ

06 de mayo de 2011 12:00 AM

Cada período electoral que se avecina nos recuerda la tarea noble de escoger buenos gobernantes para Cartagena. Un buen alcalde es la mejor inversión para la ciudad, porque, querámoslo o no, de lo político y público surgen las decisiones que tienen mayor impacto sobre el bienestar social. Por mucho que abracemos nuestro individualismo o por mucho que busquemos nuestro beneficio particular, vivimos en comunidad y de ahí se desprende indirectamente lo que terminamos cosechando en el rincón de nuestra humanidad.

Aunque nos resulte claro o no, Cartagena es el municipio de Colombia con la mayor inversión pública y privada del momento, expresada proporcionalmente a su población. Desafortunadamente, hay quienes piensan que en 4 años era posible resolver todos nuestros problemas. ¡Absurdo! ¿Acaso se nos olvidó la pobreza de la cual partimos? ¿Acaso ya olvidamos la corrupción vergonzosa que teníamos en la administración distrital? ¿Acaso desconocemos los problemas estructurales de educación, salud, vivienda y saneamiento básico?
Para nadie es un secreto que ciudades como Bogotá, Medellín y Bucaramanga, reconocidas hoy día como los municipios aventajados en el proceso de elección popular de alcaldes, necesitaron de varias administraciones eficientes para mostrar una verdadera evolución colectiva. De ahí que nosotros estemos obligados a seguir con el mismo empeño. No podemos perder el impulso que llevamos. Si cada uno de nosotros le dedicara, al menos,  el 5% del tiempo que le dedicamos a la crítica estéril, y lo invirtiéramos constructivamente en el poder de transformación que tiene elegir buenos gobernantes, Cartagena volaría airosa, de lejos, con el mejor futuro de Colombia. Pero normalmente estamos pensando en la escasez de nuestro individualismo y no en la abundancia de lo colectivo.
Bien lo dijo El Heraldo recientemente, cuando en su página editorial nos recordó nuestra obligación democrática: “Llegó la hora, entonces, de que el pueblo cartagenero se levante una vez más a defender sus logros. Que se levante erguido como en el histórico  1815, que dio nombre al movimiento reivindicatorio popular” que hoy la impulsa.
Aprovechando mi reflexión, quiero expresar públicamente mi alegría de que una persona como Roxana Segovia de Cabrales, decidiera presentar su nombre como candidata a la alcaldía de Cartagena. Quienes la conocemos, sabemos de sus cualidades personales y profesionales para lograrlo. Pocas personas en la ciudad tienen una hoja vida en el sector público y privado como ella. Mujer valiente, aguerrida, trabajadora, incorruptible y con don de mando. Roxana tiene lo que Cartagena pide a gritos: autoridad, orden, ejecución y sensibilidad social. Como Secretaria de Educación Distrital, fue la impulsora de la revolución educativa que hoy estamos cosechando. Roxana ha sido dirigente gremial, manejó la Fundación Mamonal y hasta hace poco, fue directora nacional de la Fundación Empresarios por la Educación. 
Conocida como la “Dama de Hierro” en la administración pública, le veo la capacidad política de lograr una gran alianza por la ciudad. Lo importante no es el color del partido, sino el progreso unido de Cartagena.
Estimados lectores, soy optimista.

*M.A. Economía, Empresario

jorgerumie@gmail.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS