Columna


Del deporte y el idioma

RODOLFO DE LA VEGA

29 de enero de 2011 12:00 AM

RODOLFO DE LA VEGA

29 de enero de 2011 12:00 AM

 Si un individuo saca partido de una situación en perjuicio de un tercero decimos familiarmente: Pedro le metió un gol a Diego. Y si el hecho fue muy notorio se dice que el gol fue entre las piernas. Utilizando como modelo el béisbol, ya no se habla de gol, sino que le coló la pelota entre las piernas. En una situación en la que uno de los participantes casi logra su objetivo, pero que a última hora se daña, decimos que lo sacaron en “home”.
Francisco se levanta a Mercedes, una atractiva muchacha, pero no contento le camina a Gertrudis, la hermana menor: Llegó a primera y quiere robarse la segunda. Si la suegra se da cuenta a tiempo, con un “tubo” a manos del “Short” lo pone “out”. Alguien muy osado trata de sacar partido en demasía, pero lo cogen en el “pisicorre” y lo ponen “out”. Pero si alguien saca partido total y rotundo de un negocio, bateó un “home-run” (jonrón) con las bases llenas. Ahora a esa figura la denominan “grand slam”.
Cuando un equipo pierde sin lograr anotaciones, quedó blanqueado (su score quedó en blanco).
El billar, ese deporte que se practica generalmente en bares y cantinas, tiene muchos aficionados, pero por la circunstancia de jugarse en sitios donde se consume bebidas embriagantes, está vetado a los menores de edad. En el billar también se originan términos aplicables a la vida diaria. Si tú enfocas el asunto de manera errada, “estás tacando de burro, o tacando burro”. Si pides atención para algo que deseas y no recibes esa atención, “no te ponen bolas o, no te paran bolas”…; Lo de parar bolas es la expresión más utilizada, aunque muchos entendidos aseguran que lo correcto es decir: “no te pusieron bolas, o no te quieren poner bolas”.
Esta es la explicación: Cuando unos jugadores llegan a un billar-cantina uno de ellos dice: “Coime, bolas”. Lo normal es que el coime ponga las bolas encima del paño verde y comience a contar el tiempo. Pero si el coime advierte que los solicitantes deben dinero, o si se trata de menores de edad, no les pone bolas. De ahí viene que no poner bolas sea sinónimo de no prestar atención.
Puede ocurrir que el coime inicialmente ponga las bolas y los participantes inicien la partida. En eso llega el dueño del negocio y se da cuenta que alguno de los jugadores le debe plata o que se trata de menores de edad. En uno u otro caso le ordena al coime “parar las bolas”.
En este último caso “parar las bolas” no equivale a prestarle atención, sino todo lo contrario, a impedirte que juegues. Si llega la policía y encuentra a unos menores jugando, hay que pagar una multa y se corre el riesgo de que cierren la cantina. A no ser que la coima no la cobre el coime, sino el policía. ¡Casos se ven!
Para finalizar, cuando una situación se muestra sumamente fácil, decimos que está: “de bola a bola”.

*Asesor Portuario

fhurtado@sprc.com.co

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