Columna


Derecho a estar en el mapa y en la ciudad

CARLOS DÍAZ ACEVEDO

04 de abril de 2012 12:00 AM

CARLOS DÍAZ ACEVEDO

04 de abril de 2012 12:00 AM

A partir del caso de exclusión de la exdirectora del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena por parte de un restaurante en el Centro Histórico de la ciudad en febrero del presente año, jóvenes ciudadanos empezaron a reunirse para reflexionar sobre la ciudad que se está construyendo y concluyen, entre otras cosas, que “no hay mapas completos de ciudad, la ciudad se muestra sólo por partes”.
Otro grupo de jóvenes ciudadanos ya había llegado a esta conclusión. Lo hicieron en el marco de un encuentro donde participaron 150 aproximadamente, llamado “Los y las jóvenes contamos”, desarrollado por Plan y Funsarep con el propósito de que incrementen sus capacidades en la configuración de sus propias vidas y de entornos protectores contra el abuso sexual y la explotación sexual comercial.
Lo hicieron al llegar de La Boquilla, Tierra Baja, Puerto Rey, Fredonia, Pozón, Nelson Mandela, Cartagenita, Zapatero y Membrillal a la sede de Funsarep en Santa Rita, recibir la invitación de presentarse, mencionar de dónde venían y ubicar en un mapa de Cartagena las comunidades donde viven, reconocer que muchos no sabían en qué parte de la ciudad y del mapa se encontraban y descubrir que muchas de las comunidades no aparecen en la cartografía.
Al no aparecer cartografiadas sus comunidades, muchos se ubicaron por fuera del mapa, escribieron los nombres de sus barrios, corregimientos o veredas en la pared donde estaba el mapa colgado. Les tocó ubicarse por fuera de la ciudad, contra la pared.
Sobra decir que quienes no se encontraron en el mapa, la gran mayoría, se sintieron muy mal, excluidos, no representados. No es para menos, mucho más cuando el asunto va más allá de estar o no nombrados, representados e incluidos en el mapa físico de la ciudad, cuando se trata también de estar o no en el mapa ambiental, artístico, comunicativo, cultural, económico, educativo, político y social de Cartagena.
Cuando el cuento no es sólo de exclusión, discriminación y no representación en el papel sino también en la realidad.
Cuando el cuento es que muchas comunidades y personas no cuentan en el plano y en los planes de la ciudad a varios niveles, están al margen, en la periferia, contra la pared, agobiadas por el empobrecimiento económico.
Cuando lo que generalmente cuenta en el plano y en los planes de ciudad es el centro de Cartagena, histórico, turístico, económico, industrial, portuario, cultural, político y social, y las personas y comunidades que están en estos puntos y polos de poder que siendo una minoría, concentran los mayores niveles de riqueza.
Cómo no indignarse ante tales situaciones de abuso y pedir hacer parte del mapa y de la ciudad donde se nació, se vive y con seguridad se morirá, ojalá no tan pronto. Exigir el derecho a aparecer en el mapa y el derecho a la ciudad que también implica el derecho a beneficiarse de su desarrollo a todos los niveles.
Cómo no empezar por aquí en un encuentro con un bonche de pelaos que buscan ser tenidos en cuenta y con unas organizaciones que están apostando para que se den entornos protectores contra el abuso sexual de los niños, las niñas, los adolescentes y los jóvenes, para que a estos no se les siga poniendo contra la pared.
*Lingüista, Literato y Comunicador para el Desarrollo
puntos_de_encuentro@hotmail.com

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