Columna


Derecho a la genética humana

TULIA DEL CARMEN BARROZO OSORIO

20 de julio de 2012 12:00 AM

TULIA DEL CARMEN BARROZO OSORIO

20 de julio de 2012 12:00 AM

Recientemente El Tiempo publicó una nota referente a una nueva técnica de fertilización in vitro, usando material genético de un padre y dos madres. Este procedimiento recibió el aval del Comité de Bioética del Reino Unido porque evita la herencia de algunas enfermedades potenciales. El desarrollo de esta técnica hará que los niños nacidos por este método no serán de dos padres, sino de tres.
Esto plantea algunos problemas. Si bien ciertos países profundizaron en el estudio y creación de normas sobre el manejo del derecho de filiación, el crecimiento de la ciencias reproductivas representa un reto difícil, tratándose de definir tendencias jurídicas, que sirvan de guía para las situaciones extrañas que se presentarán como resultado del desarrollo de la genética, una ciencia que estudia la herencia biológica de los seres vivos, pero que en su desarrollo ha tenido conflictos con la ética, ciencia que echando mano de la argumentación y la reflexión, aborda el estudio del conjunto de valores generales del ser humano en la sociedad.
La eugenesia, una rama de la genética, puede ser aplicada negativamente, como cuando se usa para ayudar en la creación de seres humanos con determinadas características físicas o en un futuro próximo, positivamente, como en los casos en los cuales tras, el diagnóstico prenatal, se podría intervenir al embrión antes del nacimiento, a fin de evitarle padecimientos físicos futuros por enfermedades hereditarias con lo cual se mejoraría la calidad de vida de las personas.
Estos adelantos que se avizoran, producirán una confrontación de poderes en el futuro entre los países desarrollados, los cuales tendrían la capacidad de crear seres cercanos a la perfección biológica, quienes serían los únicos que accederán a determinados oficios al tener las cualidades que satisfagan las necesidades del momento, unas prácticas que tendrían un halo neonazi.
Otra arista sería que las empresas aseguradoras serán también cada vez más exigentes en cuanto a las condiciones biológicas de los tomadores y beneficiarios, aumentándose la brecha entre las personas que nazcan y vivan en países privilegiados y los del llamado Tercer Mundo; al lado de esto, nacerá la necesidad de conservar la identidad genética como un derecho fundamental, ya que para acceder a determinados cargos, la herencia genética deberá estar al descubierto.
A todo lo anterior, sumémosle el problema para determinar la maternidad de los futuros hijos de un padre y dos madres. Tendríamos que hablar de ahora en adelante, del mayor o menor porcentaje perteneciente a una madre y a otra, y en ese orden de ideas, cuál de las dos tendrá o no, derechos de filiación sobre el bebé. El concepto constitucional de familia no será el concebido hoy, sino el de un padre y dos madres y hasta habría que pensar en dejar abierta la posibilidad para un número mayor de madres, de acuerdo al caso.
En fin, el inusitado poder científico ha hecho que el hombre trate de jugar a ser Dios, trastrocando la ética, olvidando que la ciencia es un poder y un poder sin ética es un poder inmoral. Esta circunstancia ha obligado a que la ciencia del Derecho se adapte al progreso científico.

*Directora Consultorio Jurídico y Centro de Conciliación - U- Libre de Cartagena

tbarrozo@hotmail.com

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