Columna


Diplomacia y obsecuencia

DARÍO MORÓN DÍAZ

09 de abril de 2011 12:00 AM

DARÍO MORÓN DÍAZ

09 de abril de 2011 12:00 AM

Las filtraciones de los cables de Wikileaks, publicados en algunos medios impresos, develaron la indigna y obsecuente relación que funcionarios, autoridades, políticos, empresarios, comerciantes y periodistas colombianos sostenían con la Embajada de Estados Unidos en Bogotá. De esa manera quedaron en evidencia aquellos visitantes que concurrían a arrodillarse ante el embajador norteamericano de turno, a fin de darle información, no pedida, de las políticas de Estado y asuntos de estricto manejo interno del país.El caso verdaderamente insólito ocurrió en la época del embajador "Virrey" Myles Frechette, que era visitado consuetudinariamente por la franja de políticos y periodista denominada de los "conspiretas", para pedirle su apoyo en la consumación de un "golpe de Estado" al presidente Ernesto Samper(1994-1998).Frechette rechazó la absurda propuesta y se negó a ser involucrado en semejante aventura. Ese hecho sin embargo, se filtró y fue calificado como producto de la "chismografía bogotana", por considerar que era increíble que se llegase a ese nivel de abyección. Los cables de Wikileaks han servido para confirmar hasta donde se llegó, así como otros hechos a los que no se les dio importancia en razón a que históricamente, este país es ajeno al nacionalismo.
Para reafirmar lo anterior, debemos recordarle a los desmemoriados dos casos: la pérdida de Panamá y del islote de los Monjes, en el Golfo de Coquivacoa, cedidos por los gobiernos de la época. Ambas entregas contaron con la connivencia de funcionarios de la diplomacia del más alto nivel del país, en quienes primó más el interés subalterno y politiquero, que la defensa de la majestad y soberanía de la Nación.
Ahora los columnistas de marras tratan a toda costa de torpedear las buenas relaciones que ha logrado el presidente Juan Manuel Santos con Venezuela y su presidente Hugo Chávez. Relaciones que son el resultado de un esfuerzo diplomático destacado, sobre todo después de la conflictiva situación belicista en que las dejó el régimen anterior durante sus ocho años en el gobierno. Con sus comentarios ambiguos los escritores, de la conocida franja, sugieren que el inconveniente técnico del avión presidencial venezolano fue una maniobra con determinados fines. Sabiamente el Presidente Santos no ha caído, ni aceptado esas argucias delirantes.
Llama la atención que la franja de los obsecuentes, sacados del anonimato por Wikileaks, prefieren el clima de confrontación en el campo diplomático, a la política y diplomacia del buen vecino .Y lo que es más grave, que el presidente Santos desconozca un compromiso de honor con Venezuela, y no con Chávez, al prescindir de los delineamientos precisos del Tratado de extradición con esa nación.
Cualquier ignaro en materia diplomática sabe que ante dos solicitudes de extradición de países diferentes la prelación es la del primer solicitante. En el caso Makled, la primera opción es la de Venezuela, y no, la de los Estados Unidos.
A manera de corolario: resulta vergonzoso comprobar que en materia de nacionalismo y soberanía lo que sucede en Colombia no ocurre en otros países de Latinoamérica.

*Médico Cardiólogo. Ex Director de El Universal. Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, de la de Cartagena y de la de Historia.

MOROND@telecom.com.co
 

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